La que fuera trabajadora de la cantante ha querido recordar que a pesar de ganar mucho dinero, también lo derrochaba.
Dulce delapiedra concedió una exclusiva entrevista a la revista a lecturas ya has ido otra vez esta publicación por la que se ha podido descubrir algunos detalles sobre lo que piensa de Isabel Pantoja y su conflicto con su hijo Kiko Rivera.
La que fuera trabajadora de la tonadillera y también niñera de Isa Pantoja ha contado los consejos que le daba para que en el pasado fue su amiga: "Le decía a Isabel que se podría haber retirado en Cantora hace muchísimo por la puerta grande y millonaria. No en la situación por la que se ha encerrado allí teniendo que cantar por necesidad". Una de las cosas que piensas que si ella hubiese seguido al lado de la cantante no hubiese llegado al punto en el que está, por eso ha añadido: "Esto se arrastraba. Le dije que jamás hiciera el ridículo, como tantas artistas lo han hecho siendo grandes, como Sara Montiel", es por eso que piensa que Isabel Pantoja ha hecho el ridículo por dinero: "Isabel Pantoja ha hecho el ridículo por dinero. Con 'Supervivientes', lo hizo por ceros. Por su mala cabeza se ha visto entrando en la cárcel, salió hecha un trapo para subirse a un escenario".
Y el dinero es una de las causas de este enfrentamiento público entre la cantante y su hijo, es por eso que de la piedra ha querido recordar que Isabel Pantoja derrochado grandes cifras y que ha llevado una vida bastante acomodada, algo que le ha pasado factura la larga porque no he sabido invertir bien todo lo que fue ganando gracias a su música. "Ha sido una artista muy grande, ha ganado mucho dinero con su garganta. Se ha gastado muchísimo dinero en ropa, en coches... Ha mantenido a su familia y no ha sabido invertir", ha dicho. Derroches y derroches
"Isabel dormía de día y comía poco. Si le apetecía a las tres de la mañana, pedía un solomillo, un café... Sus manos y sus pies era yo, quería que fuera para toda la vida y envejecer conmigo", ha dicho contando que su vida era más que satisfactoria en un momento en el que no le faltaba nada.