Drew Barrymore sorprendía a todos con unas declaraciones en las que afirmaba haber sufrido depresión después del nacimiento de su segundo hijo. Madre de Olive, que en la actualidad tiene tres añitos, y de Frankie, la guapa actriz se daba cuenta de que algo no marchaba bien cuando empezó a experimentar un malestar interno y psicológico en un momento de su vida que se suponía debía de ser feliz. "No tuve depresión posparto la primera vez que di a luz, así que no entendía cómo había mujeres que la podían haber sufrido", explicaba Drew.
Una vez reconoció y asumió su problema, la actriz decidió hacer un cambio radical en su vida y cambiar todo lo que en ese momento estaba haciendo para dedicarse por completo en lo que realmente le importaba: s u niña y su bienestar. Drew Barrymore ha afirmado lo duro que fue apartarse de su vida profesional: "Lo ideal hubiera sido que hubiera podido lidiar con ambas cosas a la vez pero la vida no funciona así".
La actriz, casada con Will Kopelman, se sintió abrumada ante tantos proyectos laborales y el volver a ser madre por segunda vez -algo que sucedió en abril de 2014-. La publicación de su nuevo libro, el estreno de su próxima película y los cuidados que requería su pequeña hizo estragos en la mente de Drew Barrymore que, finalmente, acabó sumiéndose en un profundo agobio. "Me sentí abrumada y tuve que tomar muchas decisiones", aseguró.
Consiguió superar la depresión
Finalmente, la actriz logró vencer la ansiedad y el agobio en el que estaba metida. Su depresión posparto duró un total de seis meses, según lo que declaró, pero aún así afirma estar agradecida por todo lo que aprendió de esta experiencia. Aunque se odió a sí misma durante esos difíciles momentos, más tarde vió como todo este asunto le enseñó a tomarse las cosas cada una "a su debido tiempo".