El matrimonio entre Donald Trump Jr. y Vanessa Trump ha llegado a su fin. O, al menos, así lo afirman diversos medios estadounidenses como Page Six o la revista People, que han informado de que la exmodelo presentó los documentos de divorcio el jueves 15 de marzo en la Corte Suprema de Manhattan. El matrimonio, que lleva casado desde noviembre de 2005, tiene 5 hijos, Kai, Donald III, Tristan, Spencer y Chloe, esta última nacida hace solo tres años.
"Después de 12 años de matrimonio, hemos decidido ir por caminos separados. Siempre tendremos un gran respeto por el otro y nuestras familias. Tenemos cinco hermosos hijos juntos y ellos siguen siendo nuestra principal prioridad. Pedimos privacidad durante este tiempo", sería el comunicado que ha obtenido People, y por el cual la pareja habría decidido hacer pública su separación.
En cuanto a los motivos de su distanciamiento, podrían estar relacionados con la presidencia. La total implicación de Don Jr. en la Organización Trump, ahora que su padre es presidente, habría hecho que este pasara mucho tiempo fuera de casa, algo que desagrada a Vanessa, totalmente implicada en la crianza de sus hijos. Además, la exmodelo tampoco aprobaría el cambio que la presidencia ha hecho en la personalidad su marido, que cada vez hace comentarios más parecidos a los del Presidente. Recientemente, después de su viaje a la India, Don Jr. afirmó: "Aún así tienen una sonrisa en su cara".
Desavenencias e incidentes
Aunque fue precisamente Donald Trump quien los presentó en 2003, al parecer Vanessa no tendría mucho aprecio a su suegro. Diversas fuentes aseguran que el matrimonio lleva deteriorado mucho tiempo, desde que Trump iniciara su mandato, y que incluso llevaban ya vidas separadas. Por el contrario, para otros la noticia ha pillado totalmente por sorpresa. En cualquier caso, parece ser que el último incidente sufrido por Vanessa ha sido la gota que colmó el vaso. La exmodelo tuvo que ser hospitalizada por un ataque de pánico tras recibir un sobre con una sustancia blanca, la cual pensaban que era ántrax. Afortunadamente, se trató únicamente de una broma y nadie en la familia salió perjudicado.