Por fin ha sido publicado 'El chico de las musarañas', un libro escrito por Ana Obregón a partir de unos primeros capítulos que fueron escritos inicialmente por su hijo Aless Lequio antes de morir. Pese a que tan solo escribió cerca de 20 página, su madre consideró que era un material lo suficientemente potencial para desarrollar su historia, hablando de la enfermedad por cuál murió, de cómo llevó el duelo de su muerte y cómo ha cumplido su última voluntad, que era tener descendencia a pesar de su muerte. Fue en El Manantial, la casa que construyó el padre de Ana Obregón en Mallorca, donde comenzó a escribir este libro, un lugar que le evoca muchos buenos recuerdos porque su hijos creció los veranos allí, siendo feliz.
A través de estas páginas que ya han visto la luz se ha podido conocer un poco más de cerca cómo se sintió Aless Lequio en un episodio así de su vida. Todo comenzó por unos fuertes dolores por los que se hizo varias pruebas durante meses tras eso fue operado y las palabras del médico fueron demoledoras cuando le revelaron el diagnóstico. "Lo siento, no es un abceso como creímos, es un tumor... Es grande, diez centímetros, hemos hecho una biopsia ", le dijeron un 23 de marzo de 2018, cuando apenas tenía 25 años.
En el primer capítulo que se titula 'Valientes cabrones' cuenta con humor cómo vivió dicho diagnóstico. "Reconozco esos dolores, es como si creciera algo dentro de mí. Algo que empuja desde dentro hacia fuera, removiéndome los interiores. Suele presentarse en oleajes de dolor a altas horas de la madrugada y dura dos o tres horas hasta que consigo conciliar el sueño. Durante el día, aprieta pero no ahoga. A veces, hasta puedo sentirlo al sentarme. El problema es que llevo sin dormir bien desde hace un mes y sin pegar ojo desde hace una semana. Hay que encontrarle remedio a esto ya", decía sobre los primeros síntomas de su enfermedad, algo que comenzó a afectarle desde finales de 2017.
Entre tanto, cuenta cuál fue la reacción de sus padres, a los que en lo que iba a ser una ficción les llama Ernesto y Aitana: "Mi padre, formalmente conocido como don Ernesto, mantuvo una relación breve pero llena de acontecimientos con doña Aitana, poniendo fin a la misma tras conocer a otra mujer menos agraciada transcurridos los doce meses de comenzar la vida en pareja. Desde entonces, don Ernesto y doña Aitana, galán italiano y musa española, son mejores amigos y forman un tándem perfecto para lidiar con los asuntos referentes a mi persona".
"Te prepara para todo, incluso la muerte"
Su relato termina con su llegada al hospital y no volvió a escribir lo que sería la continuación de la historia, algo de lo que se ha ocupado su madre. Si bien es cierto, Ana Obregón ha querido rescatar otros escritos de su hijo. Uno de ellos es la carta que el empresario escribió al amor de su vida, un amor que no llegó a encontrar. Es en este texto donde expuso su dolor, sus temores, diciendo: " Tengo cáncer, pero lo peor de todo, tengo miedo ". En un texto titulado 'Empatía' también dice: "La muerte no es más que una transición. Podría compararse a la preparación del cuerpo humano que precede un parto. Hablo de sensaciones inquitantesmente tranquilizadoras y lúcidas, sensaciones que te dejan inmóvil, y si quieres, te lanzan fuera del cuerpo, y cuando me refiero a fuera del cuerpo, me refiero a que sales del cuerpo literalmente y dejas de ver, simplemente percibes sin saber muy bien cómo ni por qué, pero percibes algo, algo superior. Todavía quedaba la última batalla, la batalla de mi vida, pero creo que el cuerpo es sabio y te prepara para todo, incluso la muerte. Es lo más extraño que he sentido en mi vida". este texto termina con una reflexión llena de pesar por parte de su madre, que dice: " Te estabas preparando para la muerte, y yo no lo sabía, perdóname ".