El mundo de la música está de luto después de hacerse pública la muerte de Dolores O'Riordan. La cantante del grupo The Cranberries ha muerto con 46 años, y de momento no han trascendido las causas de la muerte, tan solo se ha sabido que fue encontrado su cuerpo sin vida en Londres, donde se encontraba porque estaba trabajando en una grabación.
La policía metropolitana solo ha podido certificar la defunción y que en esta etapa inicial se trata como algo que no se puede explicar. Según ha publicado TMZ, la cantante estuvo muy deprimida durante sus ultimas semanas de vida. Así lo habría hecho saber el círculo de amistades de la fallecida. Por otro lado, de un tiempo a esta parte, sufría fuertes dolores de espalda, motivo por el que tuvo que suspender un concierto el pasado mes de mayo de 2017.
Por otro lado, desde sus inicios, su vida no había sido nada fácil. Que su padre quedase postrado a una silla de ruedas cuando era una niña le marcó significativamente, igual los abusos sexuales que sufrió desde que era pequeña. Fue en 2013 cuando reveló que una persona de confianza de su familia se sobrepasó con ella desde que tenía ocho años hasta que cumplió los doce. Por culpa de este terrible episodio, estuvo muchos años en terapia.
Una vida marcada por las desgracias
"Siento que me he quitado un gran peso de encima. Siento que me va a ayudar mucho abrirme y confesárselo a toda la gente que compró mis discos y que me quiere", dijo O'Riordan al Belfast Telegraph. No solo sufría depresión, sino que también sufrió crisis nerviosas, y tuvo problemas alimenticios o con el alcohol.
Fue en 2013 cuando además de revelar que había sufrido abusos sexuales, también había intentado quitarse la vida con una sobredosis. También sufría un trastorno bipolar, lo que hacía que tuviese rachas de euforia o muy deprimentes. Por lo pronto, ha dejado a tres hijos huérfanos, fruto de su relación con el mánager de Duran Duran, Don Burton, con quien estuvo casada más de veinte años.