Dolores Aveiro ha inaugurado el ciclo 'Madeira 7 talks', un evento que ha tenido lugar en el instituto de diseño de la isla portuguesa, y ha sido allí donde ha hablado de su salu d y de algunos aspectos íntimos y desconocidos de su vida privada.
Y este encuentro ha tenido lugar justo un día antes de que tuviera que acudir a una sesión de radioterapia para luchar contra su segundo cáncer de mamá. En él ha revelado que su primer trabajo con el que consiguió ganarse la vida fue siendo bordadora, una labor muy características de Madeira a la que se dedican muchos jóvenes pero también adultos trabajando en la artesanía local. Esta actividad luego la complementó con la confección de mimbres y más tarde cocinando en los restaurantes que podía.
Entre tanto, tuvo que luchar por sacar a sus hijos adelante porque su marido, Dinis, no paró de darle disgustos, aunque la suerte apareció con la llegada de Cristiano Ronaldo y sus habilidades con el balón, algo que sin ningún lugar a duda s solventó sus problemas económicos. En este encuentro ha contado que la primera vez que vio a su hijo llevar la camiseta de la Selección portuguesa se desmayó.
No obstante, y aunque haya sido agradable en sus respuestas, hubo un momento en el que una de las preguntas de la prensa que estaba presente le sentó algo mal, y fue cuando le preguntaron si le molestan las críticas que recibe por ganar grandes sumas de dinero para hacer anuncios de sus propias marcas de aceites y queso, a lo que contestó: " Si Dios no agrada a todos, pues yo tampoco ", dijo con contundencia.
Mejor de uno de sus problemas de salud
La madre de Cristiano Ronaldo siempre se ha mostrado con naturalidad, y esta vez no iba a ser menos, optimista pese a la enfermedad que padece y muy recuperada del ictus que sufrió al comienzo de la pandemia, motivo por el que su hijo viajó a Portugal para estar más cerca de su madre y del resto de la familia.