Al parecer, sus glándulas salivales se habían obstruido y el único remedio que el doctor le recetó fue beber mucha agua con limón, algo que no convenció del todo a Winfrey. "No podía creerlo. Me hice una lectura de la presión arterial y estaba a 150/80, ya estaba pensando en cómo reorganizar mi vida para hacer frente a lo que fuera eso", relató la periodista, antes de añadir que otro médico le dio el mismo diagnóstico.
En ese momento, Winfrey se tranquilizó al saber que lo que le estaba ocurriendo no era tan grave como ella creía. "Me sentí agradecida. No solo porque no fuera para tanto, sino por la simple coincidencia de que una pequeña glándula salival se obstruyera con mocos o una piedra de calcio y que eso interrumpiera todo mi sistema", apuntó.
Embelesada con el cuerpo humano
Así, la presentadora ha aprovechado para comentar lo fascinada que se siente con el funcionamiento de nuestro organismo, comparándolo con una máquina perfecta. "Nuestros cuerpos son increíbles. Y muy a menudo no estamos agradecidos por su perfecto funcionamiento, equilibrando las bacterias y las enzimas, controlando el flujo sanguíneo, acelerando el 'pum pum, pum pum, pum pum' de nuestros corazones día tras día. Como dicen, no aprecias tu salud hasta que ya no la tienes", reflexionó Winfrey. Por fortuna, ya está completamente recuperada para regresar al pie del cañón y mantener informados a todos los Estados Unidos.