Las restricciones que están sufriendo algunos sectores desde que se decretó el estado de alarma a mediados de marzo y que todavía continúan tras su fin ha hecho que muchos trabajadores vean como sus ingresos son realmente bajos y que incluso se hayan visto en la necesidad de solicitar ayudas del Gobierno para quebrar. Ese fue el caso de Kiko Rivera que, como DJ, cantante y dueño de una discoteca en Sevilla, ha dejado de facturar el 100% de trabajo durante los pasados seis meses.
Kiko Rivera cantando en la presentación de su single 'Mentirosa'De hecho, el hijo de Isabel Pantoja no ha tenido ningún reparo en confesar públicamente cual era su verdadera situación: " Solo estoy ingresando 700 euros al mes, que es lo que me da el Estado, pero sigo teniendo los mismos gastos de siempre. Es una locura", confesaba en su momento él mismo: "Siempre he sido un gastador y ahora me arrepiento de ello".
"No me compensa todo el dinero que me puedan dar"
Ahora, todavía con la discoteca cerrada por el parón que todavía hay en el ocio nocturno, el televisivo podría retomar -en menor medida que antes, eso sí- su agenda profesional como DJ o cantante. Pero, a pesar de que se le ha presentado ya la posibilidad, ha decidido seguir en su casa sin trabajar por una buena razón. " Me han llamado para trabajar en verano, pero he dicho que no ", confesaba durante un vídeo en directo de Instagram: " Ni no lo voy a hacer este año ".
Kiko Rivera pinchando música en una fiesta organizada por CotilleoEl cantante asegura que, dada la situación en la que todavía se encuentra el país y que no deja de ir a peor, ha decidido no correr riesgos con la Covid-19: " Por precaución, no me compensa todo el dinero que me puedan dar a que a yo se lo pueda transmitir a mi familia ", reconoce: " Mis hijas pequeñas, mi abuela mayor... No me puedo meter en jaleos de esos, ya vendrán tiempos mejores, que cada uno esté con su conciencia como quiera".
También su mujer ha hablado sobre el miedo que siente. La joven sigue acudiendo a su puesto de trabajo como colaboradora de 'Viva la vida' y viaja todas las semanas desde Andalucía a Madrid para cumplir con sus obligaciones. Un constante ir y venir que puede poner en riesgo en algún momento a Rosales.
