Los detalles con los que Ana Obregón ha homenajeado a su hijo Álex en su funeral en Madrid

Dado el estado de alarma en el que se encontraba España por la crisis del coronavirus, Ana Obregón y Alessandro Lequio tuvieron que despedir a su hijo Álex Lequio en la más estricta intimidad. Ahora, mes y medio después de su fallecimiento, la actriz ha podido organizar un funeral repleto de detalles y homenajes para honrar la memoria de su hijo, que perdió la vida el 13 de mayo a causa de un cáncer que le detectaron dos años antes.

Durante varios días se ha visto a Obregón acudir a la Parroquia Nuestra Señora de la Moraleja, muy cerca de su vivienda, en la que se ha celebrado el funeral. Un funeral en el que tanto Ana Obregón como Alessandro Lequio, así como Carolina Monje, han estado arropados por familiares y amigos, que han acudido a dar su último adiós al joven.

Ana Obregón a su llegada al funeral de su hijo Álex Lequio en Madrid

Serena y con la mirada triste y rota de dolor, la actriz trató de sacar una media sonrisa a su llegada a la Parroquia para agradecer el cariño tanto de la prensa, a la que luego le dedicó otro gesto de agradecimiento poniéndose la mano en el pecho, como a los curiosos que se acercaron por allí tanto antes como después de la ceremonia, que tuvo una duración aproximada de una hora.

Ana Obregón se encargó de todos los detalles del funeral

Una ceremonia repleta de detalles: desde las flores blancas, pasando por las canciones escogidas -entre ellas la banda sonora de 'Gladiator', la película favorita de Álex- hasta la fotografía de Álex junto a su perrita Luna junto al altar. Por supuesto, el estilismo de Ana Obregón también contenía numerosos guiños a su hijos. Así, en su mascarilla negra había bordada una A en un lateral y un corazón en el otro, recordando la sonrisa de Álex, mientras que el vestido tenía en la parte superior, junto al lazo, bordado Aless.

Ana Obregón agradeciendo el apoyo recibido en el funeral de su hijo Álex Lequio

Un funeral precioso en que la actriz sacó fuerzas para subir al altar y tener unas preciosas palabras para su hijo: "Has sido mi vida y lo seguirás siendo. El mejor hijo, nieto, hermano, amigo... Nunca abandonaste la sonrisa ni el sentido del humor. Eres grande, nos has enseñado a todos con tu ejemplo a ser mejores personas. Me dicen que ahora tú nos cuidarás. Hijo mío, espero el día que pueda abrazarte". Palabras que todos los presentes correspondieron poniéndose en pie y dándole un cariñoso aplauso.