El torero y la colaboradora no tardaron en alcanzar un consenso en relación a la disolución de su matrimonio a pesar de haber un tema conflictivo.
Ya no hay vuelta atrás. Tras meses de idas y venidas, de intentos de arreglarlo, de separaciones físicas, pero solo afectivas y sobre todo de respuestas a través de los platós de televisión, José Ortega Cano y Ana María Aldón ya tienen claro que se van a divorciar. Para ello se pusieron a trabajar para alcanzar un consenso que busque el bien de su hijo José María, lo principal para ambos.
Se esperaba que el acuerdo no tardara y que no hubiera demasiados problemas, y en general no los ha habido. Como señala Diez Minutos, mantuvieron un encuentro marcado por la cordialidad en la que había una persona del entorno del torero que estaba allí para mediar por si surgían tensiones. No hubo ni una y no tardaron en tener posiciones afines.La custodia de su hijo es compartida y no se descarta que sigan acudiendo junto a planes con el niño, como han hecho siempre. José Ortega Cano se queda en la casa en la que ya vivía la familia, mientras que la gaditana seguirá allí hasta que encuentre una vivienda parecida para instalarse y poder alojar a su hijo José María cuando le toque estar con ella. Esta vivienda de alquiler será sufragada en parte, pero no al completo, por parte del toreo, salvo que Ana María Aldón encontrara un nuevo amor y vivieran juntos.
Además, se ha estipulado que será José Ortega Cano el encargado de costear toda la educación de su hijo hasta que termina su formación al completo. Así seguiría ocurriendo incluso tras el fallecimiento del torero si ocurriera antes de que su vástago hubiera terminado sus estudios, para lo que se dispondría de una cantidad.No quiere saber nada de la familia de Ortega Cano
Los puntos más tensos llegaron con respecto a la familia de Ortega Cano. Ana María Aldón no quiere saber nada de ninguno de ellos, por lo que se ha acordado que mientras la colaboradora esté en el que fue domicilio conyugal, la empleada de hogar le avisará si va a venir algún pariente de su exmarido para así evitar coincidir.