La actriz no habría legado nada a ningún familiar, sino más bien a amistades cercanas a las que tenía mucho cariño.
La apertura del testamento de Silvia Tortosa ha generado mucha intriga. Sin hijos, pareja, padres y hermanos, no se sabía con claridad a quién o quiénes les sería destinada su fortuna y sus propiedades. Su testamento había sido modificado poco antes de fallecer, siendo este el noveno cambio que hacía a lo largo de su vida. Tras descubrir la infidelidad de Carlos Cánovas, terminó con él y tomó una serie de decisiones que han repercutido al reparto de su herencia.
José Manuel Parada, amigo de Silvia Tortosa, ha acudido al plató de 'TardeAR' y ha dicho: "Creo que su exmarido no tenía la esperanza de ser heredero universal", ha comentado, diciendo que cree que las últimas voluntades las redactó en un momento de máximo enfado: "Cuando se entera de que existe otra mujer dice 'no te lo mereces, te quito del testamento'".El presentador ha bromeado diciendo que Hacienda será el heredero de todo, porque al haber legado sus bienes a personas que no son sus parientes, tendrán que pagar un 40% de todo a la Agencia Tributaria. Sea como fuere, ya se han descubierto varios nombres, y al parecer las Hermanitas de los Pobres recibirían 50.000 euros y sus dos familias americanas, las de sus dos primeros maridos, recibirían otros 50.000 euros.
Mientras tanto también se ha podido saber que Ana Congost, una de sus mejores amigas, será la más beneficiada y la que heredará su patrimonio inmobiliario. Mientras, Ana Umbral, hermana de Pepe Umbral, heredará un piso en Madrid, casa en la que vivió Silvia Tortosa con su hermano Pepe. Se trata de una casa en Madrid, concretamente en el Barrio del Pilar, a la que Tortosa tenía mucho cariño. Terminó la relación con Pepe Umbral, pero no su vínculo con su hermana. Podría haber cambios
Mientras, el peor parado sería Cánovas, aunque las cosas podrían cambiar. En caso de que su último marido, Carlos Cánovas, demuestre que existía vínculo y reclame su parte del patrimonio, podría tener el usufructo de algunas de las propiedades y los herederos no podrían ocupar la casa en cuestión hasta su fallecimiento. Pero eso solo es un suponer, porque él habría manifestado que no quiere su dinero.