"Se instaló pero se ha vuelto a Madrid", así lo comunicaba su padre con cierta pena: "Tiene 18 años y ella tomó la decisión de venir y la decisión de marcharse". Pero con mucho pesar por ser "la ilusión de mi vida", el diestro ha respetado la decisión de su hija de volverse a la que fue su ciudad hace cuestión de una semana donde tiene toda su vida, sus amigos y su novio: "Ella no ha acabado de encontrarse aquí a gusto y tiene su vida montada en Madrid desde hace muchos años", reconocía: "Es normal también, hay que entenderlo".
Rivera también ha querido explicar que la decisión fue tomada por la pequeña y que esto no ocasionó ningún problema entre ella y la hija de la Duquesa de Alba: "No ha habido nada raro", advertía: "Con su madre la relación fenomenal. No ha sido un drama, no habido una pelea, no ha sido ningún motivo de esos". En ese momento solo les importaba el bienestar de la pequeña y ambos se pusieron manos a la obra para hacer este cambio lo mejor Tana: "Su madre y yo hemos organizado porque ella tiene que estudiar", ya que con su vuelta a la capital abandona también sus estudios.
La otra gran ilusión: su hijo en camino
Pero a pesar de este disgusto inesperado, Fran Rivera tiene aún una gran ilusión en el horizonte con el embarazo de su mujer Lourdes Montes: "Ha sido un embarazo buenísimo", aseguraba. Ni ella tuvo muchas dificultades, ni tampoco ella se las dio a él, bromeaba. "Solo tuvo un antojo. Un día quiso churros a las dos de la mañana y yo le dije: pues te vas a quedar con las ganas porque ya me contarás donde encuentro churros a las dos de la mañana". A pesar de lo anecdótico, a los futuros pasas se les hace la espera eterna deseando "verle la carita" al pequeño que se espera que nazca a finales de año.