Albert Rivera ha tenido que hacer frente a una dolorosa pérdida totalmente repentina. Su padre, Agustín Rivera, ha muerto a los 71 años como consecuencia de un problema de corazón, noticia que el exlíder de Ciudadanos recibió estando de vacaciones en Reino Unido. Esta trágica pérdida ha sumido en una gran tristeza a Rivera, quien tenía una conexión muy fuerte con su padre.
El propio Albert Rivera agradecía el apoyo a la prensa en estos duros momentos a las puertas del tanatorio y contó con la presencia de Malú pese a su reciente ruptura. La situación es muy dolorosa para el abogado y ha querido despedirse de su padre a través de una sentida y desgarradora carta: "La vida es maravillosa, hay que disfrutarla cada minuto. Eso creía mi padre y así me lo inculcó siempre. Pero la vida a veces duele, mucho, muchísimo... Y este domingo a mí me cambió para siempre, al recibir esa llamada de mi madre que nunca estás preparado para recibir".
"Rabia, incredulidad e impotencia fue lo único que pude sentir en esos primeros instantes, y la sensación de que la vida de la que hablabas en realidad era profundamente injusta y cruel. Hoy, dos días después, después de despedirnos físicamente, de incluso derrumbarme en tu ataúd antes de incinerarte, con la sensación de que al irte me estaban arrancando parte del corazón sin anestesia, empiezo a ver las cosas de otra manera. Empieza a cobrar sentido tu legado de valores, instantes y aprendizajes de estas décadas ", decía revelando el doloroso momento que vivió al despedirse de su padre.
Un amor inmenso
Albert Rivera ha continuado mostrando ese gran amor que sentía por su padre en la carta que ha compartido en redes sociales: " Echaré de menos esa manera incondicional de quererme, con pocos 'te quieros' pero con ese derroche de amor en tus acciones cada día de mi vida. Nos conocíamos tanto, éramos tan parecidos en algunas cosas, que sin hablar durante días éramos capaces de comunicarnos, nos intuíamos como nadie. Éramos un gran tándem".
" Soy afortunado, porque de todas tus facetas de la vida he disfrutado en exclusiva de tu mejor versión, la de padre. Me enseñaste a crecer en la libertad y en la responsabilidad (que son dos caras de la misma moneda), siempre tratabas de que acertara, pero también me dejabas equivocarme para que aprendiera a levantarme. Eres irremplazable para mí, papá. Así que tengo que llevarte conmigo, me acompañarás en mis decisiones y estarás presente en los valores que le inculque a mis hijas", decía Albert Rivera.
La emotiva carta concluía así: "Te has ido de nuestro lado, me faltas, me muero de dolor al pensarlo. Pero te prometo que desde hoy voy a llenar ese vacío con tu esencia y tu legado. Y cuidaré de mamá, tu compañera de viaje desde hace más de cincuenta años. Vamos a vivir tu muerte como nos pediste: celebrando la vida. Como decía Gabriel García Márquez: 'No llores porque ya se terminó, sonríe porque sucedió'. Es cierto que se terminó, pero sucedió, 'sucediste'. Buen viaje, papá, te amo".