Demi Moore ha decidido contar detalles sobre su matrimonio con Ashton Kutcher y cómo este afectó a su relación con sus hijas.
Demi Moore ha querido confesar ciertas intimidades que tuvieron lugar durante su relación con Ashton Kutcher, con quien compartió ocho años de un matrimonio de lo más envidiado, a pesar de la diferencia de edad entre ellos, ya que la actriz era 15 años mayor que su pareja. Todas estas anécdotas han sido contadas en un libro autobiográfico llamado 'Inside Out', donde ha decidido hablar sobre todo ello, y el cual está generando una gran polémica en redes sociales debido a sus confesiones. La estadounidense, con intención de promocionarlo, reunió a sus dos hijas, Rumer y Tallulah Willis, para conversar en un programa nuevo de Facebook Watch 'Red Table Talk', un programa de experiencias personales en el que también aparecen Willow Smith o Adrienne Banfield-Jones.
En este, la modelo se propuso dar que hablar, y contó el "devastador" efecto que tuvo en sus hijas su relación. Ellas tenían 9 y 12 años cuando su madre se divorció de Bruce Willis y comenzó su amor con el joven Ashton Kutcher, y justo coincidió con la época en que la actriz volvió a caer en el alcohol. En su libro, Moore confiesa que se convirtió en una adicta de su nueva pareja y que bebía para ser la mujer que ella creía que su nuevo novio quería. "Lo que pasó es que mi madre tuvo una recaída cuando yo tenía 9 años y nadie en mi familia hablaba sobre ello. Yo no tenía ni idea de lo que estaba pasando porque ella había estado sobria durante toda mi infancia y después empezó a beber otra vez", contó su hija Tallulah en el episodio. Rumer Willis, la más dura con su madre
"La adicción y la codependencia, mi adicción a Ashton, eso fue probablemente casi más devastador porque me tomó muy en serio emocionalmente", admitía la actriz. Tallulah continuó con su revelación y admitía que ver el comportamiento de su madre con el exmodelo le hacía sentirse "muy olvidada". Su otra hija, Rumer, admitía que la mayoría del tiempo se sentía "muy enfadada" porque sentía que algo que era suyo, se lo habían quitado. Además, se habló de la obsesión de Moore por tener un hijo con Kutcher, algo que hizo sentir muy mal a sus hijas: Cuando ella queráis tener otro bebé y no pasaba, poniendo muchísima atención en ello, pensaba que no éramos suficientes".
Todas sus adicciones fueron a peor cuando la productora sufrió un aborto a los seis meses de embarazo. Según Rumer, una de las razones por las que se mudó de casa fue porque no entendía la obsesión de su madre con tener otro hijo. Estas adicciones explican por qué dos de sus hijas, Scott y Tallulah, dejaron de hablarse con su madre durante años. Finalmente, Rumer terminó llevando a su madre a un centro de rehabilitación, algo que definió como "lo más terrorífico" que ha hecho en su vida.