La americana ha vuelto a la cancha de tenis competir por primera vez desde que se convirtió en madre de la pequeña Alexis Olympia Ohanian hace nueve meses el pasado septiembre de 2017. Ha querido recordar cuando el embarazo no la frenó en su carrera como deportista y ganó su 23º título de Gran Slam en el Abierto de Australia en enero de 2017 estando embarazada de 8 semanas, algo mágico para ella: "Estaba embarazada de dos meses. Estaba justo de nueve semanas en la gran final del torneo. Cada día que pasaba pensaba: 'Esto es un sueño'", dijo la propia Williams: "Tuve una primera ronda realmente difícil y una segunda ronda aún más dura y pensaba: 'Probablemente voy a perder temprano. Está bien. Tengo una buena excusa por primera vez'", decía entre risas. Ahora su preocupación es otra: lidiar su faceta como madre con la de tenista.
"Estoy en el vestuario bombeando antes de un partido porque mis tetas son muy grandes. Cuando bombeo, bajan una o dos tallas y salgo a jugar", dice a la entrevistadora. A pesar de que retomar su carrera es una de sus grandes alegrías, reconoce que ahora con la pequeña Alexis Olympia hay otras muchas preocupaciones y lo tiene muy claro, su hija es lo primero: "Me escapo para entrenar por lo general alrededor de las 8 de la mañana y luego tengo por norma que sea a partir de la 1 de la tarde, porque aunque ame el tenis, necesito estar con ella".
Su hija por encima de todo
Respecto al tema de volver a convertirse en madre, la tenista se encuentra con un verdadero dilema, le encanta ser madre, pero también su oficio y su pasión: "Si no estuviera trabajando ya estaría embarazada. No sé si quiero seguir jugando si tengo otro bebé", asegura. Tal y como ha comentado, ya no es fácil organizarse con una hija y desde que nació "no he estado estado separada de ella por más de un día".