La socialité no se esperaba todo lo que se está diciendo de su ruptura y al parecer fue ella la que dio el paso.
Tras la confirmación por parte de Isabel Preysler y Mario Vargas Llosa de su ruptura, ahora hay quienes están sacando sus propias conclusiones sobre lo que ha podido pasar entre ellos, porque existen dos versiones diferentes sobre por qué se habrían separado. Por parte de ella, asegura que la razón ha sido los celos de él, pero el entorno del escritor ha apuntado a una versión completamente diferente.
Es más, se ha llegado a decir que han roto porque él no habría aceptado casarse con ella, algo que a Isabel Preysler le ha dolido mucho, es más, se ha mostrado muy decepcionada por ello. "Está muy decepcionada porque con las mentiras que se están diciendo... Se pregunta el motivo por el que Mario no para todo lo que se está diciendo", ha dicho el círculo más cercano de la socialité. Una de las dudas de Preysler es de dónde sale tal información que apunta a que la causa de su separación ha sido esa misma. Además, ella insiste en que nunca se ha querido casar con Mario Vargas Llosa, a pesar de lo que se ha dicho, así que no puede ser la verdadera razón de la ruptura. Ella ha negado durante estos días a su entorno que quisiera casarse con el escritor y sospecha que sus hijos son quienes están detrás de lo que ella denomina bulos. "Entiende que sus hijos o la familia estarían alimentando que se ha roto porque no se casaban", ha apuntado a 'El programa de Ana Rosa'. Y es que no hay que pasar por alto que entre los hijos de Vargas Llosa y ella existían ciertas tiranteces.
Por otro lado, ella ha querido insistir en que él ha sido una persona celosa, siendo esta actitud la que ha dinamitado su relación de ocho años por los aires. "Los celos no son de una noche, ni de un día, es una actitud prolongada en el tiempo durante varios episodios", han apuntado desde su entorno. Una fiesta en la que ella era imagen podría haber tenido mucho que ver. Fue justo después de llegar a casa cuando Mario Vargas Llosa le recriminó la hora de llegada -00:45 horas-, un comentario que molestó a Isabel Preysler, motivo por el que él decidió marcharse de la casa que habían estado compartiendo. Aunque él pensaba volver tras el enfado, no fue posible, porque parece ser que ella no quiso que regresara. Una carta de su puño y letra
Tras esto llegaría la ruptura a través de una carta escrita por parte de ella, poniendo fin a su relación sentimental. "No es un mensaje, sino una carta donde le reprocha esa actitud de celos. Le dice que su casa no es un hotel. Patricia -su exmujer- sabe que él es así, pero ella no lo iba a aguantar. Le prohíbe volver a su casa", dicen desde su entorno.