El diseñador David Delfín está viviendo uno de los momentos más difíciles de su vida. No solo se encuentra en un estado delicado de salud después de que le detectaran tres tumores cerebrales a principio de 2016, sino que ahora ha tenido que despedir a una de sus mejores amigas, Bimba Bosé. Él, por el momento, sigue luchando para ganar esta batalla.
David Delfín hizo un gran esfuerzo por no faltar a la misa funeral este martes en el tanatorio de La Paz de Madrid. Todos los presentes se sorprendieron ante su llegada que fue completamente inesperada, ya que la ceremonia estaba a punto de comenzar.
Fue uno de los últimos en llegar y la mayoría de las personas que habían acudido a despedir a Bimba Bosé ya habían abandonado la capilla, donde estaban sus familiares y sus amistades más íntimas. Llegó en una furgoneta acompañado de su pareja y más amigos, entre ellos Mario Vaquerizo, quien le ayudó a bajar del vehículo y a sentarse en una silla de ruedas.
Roto de dolor
Se marchó en la furgoneta en la que llegó con su novio Pablo Sáez, y envuelto por la tristeza, además de sentirse abatido, su novio se encargó de taparle el rostro mientras le consolaba en su marcha de la capilla ardiente.
Los dos se conocían desde hacía muchos años por formar parte del mundo de la moda, habían trabajado juntos y habían batallado en la lucha contra el cáncer, a menudo se reunían con otras amistades que consideraban también su familia.