David Beckham es uno de los rostros deportivos más llamativos y queridos del mundo del fútbol. El exfutbolista ha tenido una larga carrera deportiva y, aunque ahora está retirado del futbol de forma oficial, no deja de ser noticia en algunos medios. Esta vez, el deportista ha vuelto a ponerse en los focos debido a un gran y costoso contrato para una serie de anuncios publicitarios.
Victoria Beckham y David Beckham a su llegada a la boda de Pilar Rubio y Sergio RamosEn concreto, el futbolista ha firmado un contrato de 10 millones de libras, es decir, 11,46 millones de euros, para trabajar junto a uno de los patrocinadores del Mundial de Qatar 2022, Doritos. La empresa ha querido contar con el rostro del futbolista para distintas promociones, tanto televisivas como anuncios impresos, en las que aparecerá junto a la estrella retirada de la NFL Peyton Manning, que tendrá una paga similar al futbolista.
Según informan varias fuentes como The Sun, ambos ya habrían grabado el anuncio de televisión en Londres y se tratará de una promoción en tono divertido en el que bromearán juntos sobre las diferencias de los dos tipos de fútbol que cada uno de ellos practican. Un ya conocido acuerdo que ha generado polémica, más allá de la gran cantidad de dinero, por la colaboración y el vínculo del exfutbolista con Qatar.
La Familia Beckham de vacaciones en MiamiSin embargo, este no es el único acuerdo que David Beckham tiene entre manos para promocionar la Copa Mundial de Qatar 2022, sino que también tiene otro acuerdo millonario ya firmado, por la misma cantidad de dinero, con el que se convierte en una de las imagenes oficiales del campeonato de fútbol. Además, con este contrato el futbolista también promociona el turismo del país en el que se celebra el Mundial, Qatar.
Aparece en las portadas
Además de su contrato, el futbolista también ha sido recientemente noticia por los respetos que presentó a la Reina Isabel II en la capilla ardiente en el Palacio de Westminster. Vestido completamente de luto, el futbolista hizo la fila con normalidad, a pesar de que podría haber optado a una vía rápida por ser Caballero del Imperio Británico, esperando 13 horas para poder despedirse de la Reina.
