Según han informado fuentes cercanas a la víctima fallecida a El Mundo, Daniel Sancho y Edwin Arrieta Arteaga se conocían desde hacía meses y estaban planeando montar negocios en común en España. El asesino confeso publicitaba activamente en su perfil de Instagram las cuentas de dos de los negocios con los que se encontraba involucrado: Boheme Catering y Boogie Burgers.
Daniel Sancho y su víctima "se habían visto al menos en cuatro ocasiones en España. Me contó que estaban armando un negocio con otros socios españoles y me enseñó fotos en las que salían juntos en España", ha explicado un compañero de profesión de la víctima al mencionado diario. "Hablé con él un día antes de su partida a Tailandia y me dijo que se iba a encontrar con este amigo, que resultó ser su presunto homicida. Me habló otra vez de los negocios, pero no sé si llevó dinero en efectivo a Tailandia", ha añadido la misma fuente.
¿Un crimen pasional?
Sin embargo, otros datos apuntan a que el asesinato de Edwin Arrieta pudo estar cuidadosamente premeditado, ya que el homicida fue captado por cámaras de seguridad comprando cuchillos, una sierra y bolsas de basura. Esos vídeos también demuestran la relación que existía entre la víctima y Sancho y dan testimonio de que fue el hijo del actor la última persona que acompañó a Arrieta antes de ser asesinado.