El hijo de Rodolfo Sancho tenía una pareja con la que estuvo 5 años. Tras conocerse el crimen, la familia de ella se encargó de protegerla para que no le afectara el escándalo.
De Daniel Sancho se han dicho muchas cosas. Una de ellas salió de su testimonio, cuando le dijo a la Policía Tailandesa que iba a casarse con una mujer en Indonesia. No parece que fuera verdad que fuera a contraer matrimonio, y menos allí, pero sí era cierto que tenía otra pareja, con la que sí había pensado en casarse.
Se trata de una joven que en el momento del crimen cometido por Daniel Sancho tenía 28 años. Como señala Vanitatis, se llama Laura y pertenece a una familia adinerada que ha hecho fortuna con el sector de la automoción, en el que trabajan su madre y su tío. Laura tiene además un hermano. El hijo de Rodolfo Sancho y Laura estuvieron juntos cinco años. Durante este tiempo, se convirtió en uno más de la familia de ella, y por tanto llegó a disfrutar del lujo que le podía proporcionar este adinerado clan. Daniel Sancho, que no era dueño de ningún restaurante pero sí trabajaba en uno, salía mucho de fiesta por los locales más exclusivos de Madrid, donde conoció por ejemplo a Froilán o a Jaime Onieva, hermano de Íñigo Onieva.
Pero las cosas ya no iban bien entre Daniel Sancho y Laura. A ella le llegaron rumores de infidelidad con otras mujeres, aunque no esperaba que con quien estaba era con Edwin Arrieta, el cirujano colombiano al que Daniel Sancho asesinó en Tailandia. En 'Y ahora Sonsoles' señalaron que la relación se había terminado en mayo de 2023 en Jerez, mientras que el citado medio apunta a que habrían seguido juntos.Hablaron por teléfono
Al enterarse de lo que había hecho, tanto a Laura como a su familia se les vino el mundo encima. Pronto pensaron además que debían protegerla a ella y protegerse a ellos como familia para evitar ser arrastrados por un escándalo que podía hacer peligrar su imperio empresarial. Laura, que vivía en Chamartín, Madrid, y trabajaba en el negocio familiar, fue enviada a la sierra de Madrid a una de las propiedades de esta familia.
Laura cerró sus redes sociales, se encerró en esa cara y teletrabaja, con el móvil como forma de comunicarse con los suyos, que eso sí, le visitan con frecuencia. Se filtró que estaba en el extranjero, pero no, está en la sierra madrileña esperando a que se olviden de ella. Eso sí, el plan pudo haber saltado por los aires porque ella quiso verle, algo que le prohibió su familia. Lo que sí hizo fue hablar con él cuando Daniel Sancho le llamó desde la cárcel para darle su versión de lo ocurrido y pedirle al menos mantener una amistad. Laura, sin embargo, prefiere dejar que pase el tiempo y recuperar una vida en la que no quiere que esté él.