Dani Rovira se ha enfrentando a una de las situaciones más complicadas de su vida después de ser diagnosticado con un cáncer. El actor contó que padecía el Linfoma de Hodgkin y que debía someterse a sesiones de quimioterapia y radioterapia, siendo un momento complicado porque le estaba sucediendo en plena pandemia. Durante todos estos meses ha ido contando sus progresos hasta dar la mayor alegría de todas: está curado.
Ahora que por fin ha logrado superar la enfermedad, Dani Rovira ha concedido su primera entrevista y lo ha hecho en el programa de OndaCero 'La rosa de los vientos' junto a Carlos Alsina. El actor ha asegurado que ahora está mejor que nunca: "Estoy más fuerte que la rodilla de un dromedario. Puedo decir que incluso estoy un poco mejor y más fuerte que antes de empezar este calvario".
Dani Rovira ha explicado que quizás afrontó mejor la enfermedad porque sabía que tenía un pronóstico más favorable que otro tipo de cánceres: " Supongo que mi actitud ha sido buena porque los médicos me dijeron que el tipo de cáncer que he tenido era de los que mejor pronóstico tenía, con un 80% de probabilidad de curación". Además, ha explicado que hay poca investigación porque es un linfoma que con la quimioterapia que se emplea se suele curar la mayoría de las veces.
Para el actor ha sido una experiencia complicada que ha definido como un "mal trago" y como algo "muy duro". Sin embargo, aunque según sus propias palabras sí que pudo "verle las orejas al lobo", la muerte no la vio "ni de lejos". A pesar de esto, su perspectiva de la vida ha cambiado: "Ver que te puede tocar a ti, que tu pelota está en el bombo, puede cambiar muchas cosas".
Una vida con nuevas perspectivas
Sin duda, luchar contra el cáncer requiere de mucha valentía y esfuerzo, algo que cambia la vida totalmente: "Cositas como esta te sacuden un poquito el alma y las prioridades, te resitúan". "A toro pasado, cuando todo ha salido bien, ahora puedo incluso a alegrarme de lo que me ha pasado, porque la visión que tengo de la vida me parece mucho más bonita", decía orgulloso.
Es fundamental la actitud a la hora de afrontar este tipo de enfermedad pero eso no quita que haya días complicados: " El día que estás hecho un trapo no tienes energía ni para mirar el móvil, pero es un proceso y hay que pasarlo con positividad y sentido del humor. Sin frivolizar, yo invitaba a que mi entorno más cercano se riese conmigo de lo que estaba pasando. Es un bálsamo maravilloso". Respecto a lo laboral, explicaba: "Pensé que no me iban a ofrecer ningún tipo de proyecto hasta que no estuviese curado, que me parecería lícito. Pero no solo he sentido el apoyo de la profesión, sino que me han ofrecido muchos proyectos para cuando terminase todo esto, y eso es de agradecer".