Fue el 25 de marzo cuando el humorista anunciaba a través de su cuenta de Instagram que le habían detectado un tipo de cáncer por el que debía tratarse con quimioterapia. Concretamente, lo que Dani Rovira tiene es Linfoma de Hodgkin y debía someterse a varias sesiones de quimioterapia. Como no podía ser de otra manera, afrontaba esta nueva situación con entereza, valentía y, sobre todo, mucha esperanza.
Ahora, cuatro meses después, Dani Rovira ha comunicado que las sesiones de quimioterapia han terminado y lo mejor de todo es que los linfomas han desaparecido. Tirando de humor, pero también explicando lo sucedido, ha desvelado cuáles han sido las secuelas del tratamiento: "¡Se acabó la QUIMIO! 8 sesiones y 4 meses entre pecho y espalda. Secuelas: pérdida de pelo, las venas de los brazos duras como bridas y cabeza de hipopótamo (de ésta última no me comentaron nada). Si a alguien más le ha pasado esto, que me escriba, con cuatro que seamos, organizamos un Tragabolas".
La recta final por delante
El humorista está deseando que acabe todo pero sin duda su forma de afrontarlo ha sido admirable: "Me queda la última pantalla del videojuego... Ojalá cuando acabe se me ponga cabeza de koala. Me gustan mucho los koalas. 'La vida me sonríe, pero siempre espero que me suelte carcajadas'. Sois tant@s los que me estáis curando... Ánimo a l@s que estáis en la lucha. Tenemos unos médicos y un personal sanitario espectacular en este país. El resto es quererse y dejarse querer".