Damian Lewis ha roto su silencio sobre la muerte de la su esposa, Helen McCrory, que falleció en abril de 2021 a los 52 años como consecuencia de un cáncer. El actor escribió, unos días después del fallecimiento, una carta en la que explicaba cómo se sentía y recordaba algunos de los momentos que más le habían marcado durante su relación, algo que nadie sabía hasta ahora, cuando el actor ha hablado por primera vez de la triste noticia.
Damian Lewis y Helen McCrory en los Critics' Choice Awards 2016Fue el martes 25 de enero cuando, durante la noche de poesía celebrada en el National Theatre, el actor decidió invitar a los amigos de McCrory para leer con él algunos fragmentos de 'A Poet for everyday of the year' de Allie Esiri y se reprodujo una grabación de la actriz leyendo en una edición anterior de este evento. Entre los asistentes a esta velada se encontraban los dos hijos de la pareja: Manon y Gulliver.
Un recuerdo muy emocionante
"Esta noche está dedicada a ella y es perfecto, porque Helen amaba el National Theatre. Si hay alguien a quien no se puede quitar el protagonismo en este escenario es a Helen McCrory", dijo el actor después de escuchar la voz de la que fuera su esposa, su "perfecta Hellen", en el vídeo que se proyectó con el gesto serio y los ojos cerrados. Después leyó algunos fragmentos con títulos muy significativos.
Damian Lewis y Helen McCrory en los Premios Glamour Mujer del Año 2013 en Londres'Everything is going to be all right' ('Todo va a ir bien') fue uno de los títulos elegidos por el actor para recordar a su esposa. Un poema con un potente mensaje de optimismo, prueba de ello es que uno de los versos dice que el sol saldrá pese a todo. Una forma de demostrar que comienza a asumir la dura noticia y a reponerse del duro golpe de la muerte de Helen McCrory.
Tan solo unos días después de la muerte de la prestigiosa actriz, Lewis aseguraba en The Sunday Times que a pesar del deterioro que le provocó la enfermedad brilló más intensamente de lo que nunca había podido imaginar, que nunca había conocido a nadie que disfrutara tanto de la vida, y que a pesar de su enfermedad nunca se compadeció, ni mostró miedo alguno o amargura.
