La hija del Barón Thyssen-Bornemisza y su viuda se enfrentan públicamente tras la venta de 'La esclusa' realizada este lunes.
Tita Cervera ha solucionado sus problemas de liquidez tras sacar a subasta 'La esclusa' (The Lock), que fue vendida el lunes en Londres por 27.894.474 euros, de los cuales un dos por ciento es para la casa de subastas.
Sin embargo la Baronesa tiene otros frentes abiertos debido a la venta, uno de ellos fue la dimisión de Norman Rosenthal como patrono de la Fundación Colección Thyssen-Bornemisza, que presentó su carta de renuncia por estar en contra de la venta de 'La esclusa'.El otro le enfrenta a su hijastra, Francesca Thyssen-Bornemisza, Archiduquesa de Austria por matrimonio y una de las hijas del Barón Thyssen, con quien Tita nunca tuvo una buena relación a pesar de que consiguieron llegar a un acuerdo sobre la herencia familiar.
Carmen Cervera llama imbécil a Francesa
Francesca ha realizado unas declaraciones que recoge El País donde señala que le preocupa que Norman, a quien ella incluyó, y ella no tiene voz en el patronato, mientras que Tita puede vender legalmente obras de los Thyssen de los que Carmen también se ha deshecho de forma privada, apuntando también al "dudoso gusto personal" de la Baronesa a la hora de comprar arte.Además, realiza una serie de acusaciones que no dejan en buen lugar a la última esposa de su padre, pronosticando a su vez un negro futuro para el Museo mientras la Baronesa sigue al frente: "El museo no puede seguir siendo su cuarto de juegos, para sus juguetes y su temperamento destructivo. Ya es hora de que el mundo la vea como realmente es", remató Francesca.
Por su parte, Carmen Cervera no se ha quedado callada ante las palabras de su hijastra, y en declaraciones al mismo medio ha sido rotunda al decir cosas como que "Francesca no es más que una imbécil que solo busca publicidad", así como que "necesita hablar de lo que sea porque en este momento no es más que una galerista ambulante".Por otro lado, Tita ha mostrado su interés porque se llegue a una solución porque quiere que sus cuadros permanezcan en el Museo Thyssen de Madrid. Asimismo, para olvidar la polémica y disfrutar de la alegría que ha supuesto el dinero recaudado, la Baronesa se ha escapado a su casa de Sant Feliu de Guíxols para disfrutar de una jornada de sol y mar en compañía de varios amigos, entre ellos Manolo Segura, padre de su hijo Borja.