Galería: Cristina Pedroche en imágenes
Cristina Pedroche está deseando repetir un año más dando las Campanadas para despedir el año junto a Alberto Chicote. La presentadora se ha convertido en imprescindible a la hora de despedir el año en Antena 3, y ha acudido al plató de 'El Hormiguero' para dar algunas pistas sobre su vestido, si bien es cierto, todos los años es una incógnita cómo irá vestida y en esta ocasión no iba a ser diferente.
La llegada de la presentadora al plató ha sido más que explosiva, porque lo ha hecho bailando y dándolo todo, es más, en medio de esta aparición estelar se ha sumado su marido, David Muñoz, quien no ha dudado en mostrarse espontáneo junto a su mujer, bailando juntos delante de las cámaras de 'El Hormiguero' y de Pablo Motos. Una vez ha terminado la música y se ha sentado, ha concretado que la canción que ha bailado es una infantil, 'El baile del cuerpo', la preferida de su hija Laia, a la que ha enviado un saludo en directo.
Una vez ha hablado de las Campanadas y de lo poco que ha podido contar, también ha revelado un dato personal, contando sus planes de volver a casarse con David Muñoz, aunque esta vez tienen pensado hacerlo por la iglesia. "Me quiero casar por la iglesia, pero ese se tiene que arrodillar", ha dicho entre risas señalando a su marido, aunque también ha contado que es un deseo compartido con él. Es más, en pleno directo le ha dicho: "Marido, te quieres casar conmigo, ¿no?", a lo que él ha contestado: "Yo sí a todo".
"Que sí, que sí, que nos casamos. Ya veremos cuándo, a lo mejor el año que viene, que justo hacemos diez años de casados o algo así. O para hacer una fiesta. Ya veremos luego el tema del vestido, pero me quiero casar", ha comentado la presentadora. Y ha sido en ese momento cuando Tamara Falcó, colaboradora del programa, ha reaccionado entusiasmada a la noticia, diciendo: "Teníamos que terminar bien este año, claro que sí, Cris".
Cómo sintió la fe
Esta decisión de casarse por la iglesia ha surgido desde que la fe ha llegado a la vida de Pedroche, algo que sucedió poco antes de convertirse en madre. "Yo estoy superembarazada, con mi meditación, y de repente pensé, 'ay Dios, si me ayudas a que todo salga bien, voy a bautizar a la niña'. Salió todo muy bien y dije, pues la tengo que bautizar. Siento que yo sola no puedo protegerla y entonces pienso, que alguien más me ayude a que mi hija esté bien".