No fue hasta 2005 cuando Cristina Fernández de Kirchner empezó a tener un auge político que se hizo evidente al ganar las elecciones del Partido Justicialista en la provincia de Buenos Aires, capital del país y en la que reside un 38 por ciento de la población de Argentina. Fácilmente, también se convertiría en senadora de este territorio. Este primer auge la convertiría en un referente de la política de su país, aplacando fácilmente a sus inexpertos contrincantes y fortaleciendo la estirpe de los Kirchner, aunque, no obstante, el liderazgo de su marido menguaba cada vez más.
Impulsó la ley del matrimonio entre personas del mismo sexo
Si esta medida puso su imagen en entredicho, otra de las medidas que adoptó hizo que su popularidad se recuperara. En línea con sus reformas sociales, en julio de 2010 firmó una legislación que convirtió a Argentina en el primer país de Latinoamérica en aprobar los matrimonios entre personas del mismo sexo. A esta medida se unió la reestructuración los deudores de Hacienda.
De cara a las próximas elecciones generales, el propio esposo de Kirchner, Néstor, se perfilaba como uno de los candidatos a la Presidencia del Gobierno, cuando en 2010 falleció. Entonces, fue Cristina Fernández de Kirchner la que elaboró una campaña electoral a fin de ser reelegida como presidenta. Los resultados de estas elecciones incluso le permitió ampliar ese margen de victoria que tuvo cuatro años atrás. En mitad de esta vorágine política, se anunció que Kirchner iba a ser operada de un cáncer de tiroides, que finalmente superó con éxito.
Deudas con Estados Unidos y casos de corrupción
Los problemas económicos que atravesó el país a partir del 2012 azotaron el mandato de Kirchner, en la que sus políticas de control de precios comenzaban a resultar insuficientes. Las deudas que el gobierno argentino estaba acumulando con su principal acreedor, Estados Unidos, le obligó a devolver 15 mil millones de dólares a los fondos públicos norteamericanos por la deuda contraída con este.
Junto a este inconveniente financiero, se empezaron a producir escándalos como la enigmática muerte del fiscal Alberto Nisman, que estaba investigando un atentado con explosivos contra un centro comunitario judío en Buenos Aires. Este fue encontrado con una herida de bala en la cabeza, y previamente había acusado a Kirchner y su gobierno de negociar con Irán para encubrir la responsabilidad de este país en el atentado. Este hecho provoca que la Constitución argentina le deniegue la posibilidad de presentarse nuevamente como presidenta en la próxima legislatura.
Los casos de corrupción también salpicaron el final de su mandato, en el que se acusó a la entonces Presidenta de embolsarse fondos del gobierno que estaban destinados a proyectos de obras públicas. Otra fuente le increpó haber manipulado los mercados de divisas, y también fue acusada de tráfico de influencias. Pese a estas polémicas, siguió siendo una figura popular en el país.
Al agotar los años de mandato, Kirchner se postuló en 2017 nuevamente como Senadora en la provincia de Buenos Aires, aunque no pudo hacerse con el puesto al ser superada solo por un 4 por ciento por el líder del partido 'Let's Change' Mauricio Macri, algo que incluso depreció su presencia como figura política, unido actualmente a los juicios pendientes por sus sonados casos de fraude.