Se acabó lo que se daba. Cristiano Ronaldo y Georgina Rodríguez han tenido que hacer las maletas para poner punto final a sus vacaciones en Ibiza junto a sus hijos. Como no podía ser de otra forma, todos juntos han llegado al aeropuerto de la isla para subir abordo de su jet privado mientras sus asistentes cargan con las maletas. Así, han podido viajar cómodamente y con todo tipo de lujos.
Lo cierto es que, de no ser por estos detalles, en las imágenes en las que aparecen bajando del minibús que les acercó a la pista se les puede ver muy naturales, luciendo como una familia normal y corriente que regresa a su casa. De este modo, el futbolista llevaba a uno de sus hijos en brazos mientras que la modelo acunaba a la pequeña Alana Martina.
La pareja pasó su última noche en el archipiélago balear disfrutando de una romántica velada mientras cenaban en una lujosa mansión con vistas al Mediterráneo. "Vacaciones con amor", comentó Ronaldo en la fotografía que compartió con todos los seguidores de su cuenta de Instagram. El destino que él y su pareja elegirían para pasar unos días de descanso era todo un misterio, pero finalmente se conoció que se trataba de Ibiza, apuntándose así al carro de los cientos de famosos que eligen la ínsula pitiusa para pasar sus vacaciones.
Vacaciones con disgustos
En el aire queda si la familia volará directamente a Turín, la ciudad italiana en la que emprenderán su nueva vida, o si antes pasarán por Madrid para cerrar algunas cuestiones de la mudanza o del acuerdo del futbolista con la Fiscalía y la Abogacía del Estado.
La Agencia Tributaria aceptó este trato por el que el portugués tendrá que pagar una multa de 19 millones de euros y será condenado a dos años de prisión, aunque no tendrá que entrar a la cárcel por haberse declarado culpable de cuatro delitos fiscales cometidos entre los ejercicios de 2011 y 2014 y por los que defraudó a las arcas públicas casi 15 millones de euros.