Tamara Falcó ha tomado una decisión y es que quiere perder esos kilos de más que ha ganado por su problema de tiroides, que padece desde hace años. Una de las personas que le ha empujado a dar el paso ha sido su padrastro, Mario Vargas Llosa, con quien mantiene una excelente relación desde que comenzó su romance con Isabel Preysler.
Este verano pasará unos días en la clínica Buchinger Wilhelmi situada en Marbella, lugar donde llevan a cabo un método bastante estricto de adelgazamiento, siendo uno de los favoritos del escritor desde hace décadas. El Premio Nobel de Literatura lleva desde 1986 sometiéndose todos los veranos a este tratamiento, primero con su exmujer Patricia Llosa y ahora con su pareja, la socialité Isabel Presyler, con quien estuvo en la clínica en el verano de 2017.
Ese mismo verano también estuvo conociendo la técnica y parece que quedó satisfecha, animándose a regresar para ver si hay suerte. Los últimos meses Falcó ha ganado ocho kilos, y por eso quiere poner remedio antes de alcanzar los veinte que le costó tanto quitarse. En ese momento llegó a decir que consiguió amar las curvas, no obstante, parece que no quiere volver a tener dicha figura, y por eso ha cortado por lo sano, ya que también le puede acarrear problemas de salud.
Una técnica que funciona
Este método de dieta le apasiona al escritor desde hace muchos años, tanto es así que incluso ha dado varias conferencias hablando del asunto en la misma clínica donde se 'purifica'. Vargas Llosa ha llegado a decir: "Ayunar es un placer". Con esta técnica, Tamara Falco deberá cambiar de hábitos, desconectar por completo y no probar el alcohol.