El empresario ha dejado claro dónde se encuentra refugiado tras el escándalo provocado por las infidelidades que terminaron con su relación con Tamara Falcó.
Íñigo Onieva ha aceptado que se equivocó, que le han pillado y que su relación con Tamara Falcó ha terminado. Ha aceptado también que pueda ser objeto de críticas por su comportamiento desleal hacia la Marquesa de Griñón, pero no acepta no solo que su familia se vea afectada por la situación, y tampoco que se digan cosas que no son verdad.
Así, ante las informaciones sobre que estaba pasando el duelo por su ruptura yéndose de fiesta, el empresario emitió un comunicado enviado por sus abogados para negar lo que se ha dicho y confirmar que permanece en casa y acompañado de personas cercanas que desean estar alejadas del foco mediático."Iñigo Onieva no acudió el pasado fin de semana a ninguna discoteca, sala de baile, sala de fiesta y similar, sino que ha permanecido en todo momento en su lugar de residencia actual acompañado por su entorno más cercano y su familia, que siempre se han mantenido alejados del foco mediático. Dichas informaciones no solamente son rotundamente falsas, sino que no se corresponden a la realidad", señala el comunicado leído en 'Fiesta'.
Terminó confesando
El empresario trata de mantenerse apartado del foco mediático lo máximo posible, sobre todo después de que le saliera mal la jugada cuando habló en público para negar sus infidelidades a Tamara Falcó: "Es una lástima que siempre haya gente que quiera destrozar nuestra relación, he ido a ese lugar varias veces y esas imágenes son de 2019". Parecía que todo iba a quedarse en eso y la relación se mantendría, pero no fue así.
Íñigo Onieva terminó confesando que su deslealtad a la Marquesa de Griñón, que al entender que había vivido una mentira y Onieva no era el hombre que ella pensaba, no dudó en romper su compromiso y su relación sentimental. Onieva sacó sus cosas de la casa en la que vivía con Tamara Falcó y se refugió en la casa de La Moraleja en la que vive su madre, donde permanece tratando de que el escándalo termine diluyéndose.