En un primer momento había estado en el modulo de enfermería porque estuvo aislado por el protocolo Covid, que en dicho país permanece, y se ha podido conocer que ha sido atendido por los médicos por dolores de espalda, así como controlar su estado de ánimo, ya que en un primer momento se temía por su vida o por una autolesión. En las primeras semanas de estancia ha sufrido grandes altibajos, pero poco a poco se va haciendo a su vida dentro.
Mientras, se sabe que su familia está al tanto de su todo lo que le ocurre, y que además le hacen llegar dinero para que su estancia sea lo más cómoda posible. La situación de las prisiones tailandesas es muy precaria, los presos sobreviven con lo justo, y quienes mejor están es porque sus familias se preocupan por ellos, si bien es cierto, en su caso también se ha llegado a hablar de un posible trato de favor, algo que desde la prisión han negado en todo momento.
Ahora, un preso que ha compartido estancia con Daniel Sancho ha hablado de él. Para él y el resto de sus compañeros, Daniel Sancho es catalogado como el 'preso rico', y ha asegurado que sí tiene privilegios, todo por la expectación mediática que despierta y por la imagen que la cárcel está dando. Este preso ha asegurado al programa 'Y ahora Sonsoles' que Daniel Sancho no duerme sobre mantas: "Él pide cosas. La cama que tenía era muy fina y pidió una mejor", ha explicado.
Otra de las cosas que ha remarcado es que él cuenta con más apoyo familiar: "Tienes más llamadas con su familia, y más visitas". Su llegada a la cárcel habría causado un gran revuelo, y es que se sospecha que él está mejor que el resto de sus compañeros. "Tiene más privilegios en comparación con el resto. Probablemente le tratan mejor porque tiene un estatus diferente al resto", ha explicado dicho preso.
Los beneficios de tener dinero entre rejas
El dinero al que puede acceder Daniel Sancho es un punto a su favor: "Tiene mucho dinero porque su madre ha ido varias veces", ha contado. Silvia Bronchalo primero hizo un ingreso de unos 4.000 bats, lo que serían unos 104 euros al cambio, y ha realizado un segundo ingreso de una cantidad algo menor, de unos 70 euros, si bien es cierto, se trata de una cantidad elevada en un país así. También se sabe que en sus visitas le ha llevado comida y bebida. Con el dinero del que dispone dentro de la cárcel se sabe que puede pedir comida a domicilio, pagar por algún masaje a modo de premio o pagar a otros compañeros para que le limpien, laven su ropa o hagan su cama.