El actor irlandés admite que, antes de entrar en rehabilitación, se dejó llevar por el poder que le otorgaba la fama, probando toda droga que le ponían delante.
Muchos famosos acaban cayendo en el peligroso mundo de las drogas cuando se topan con el tentador pero frenético mundo de Hollywood. Colin Farrell siempre ha sido uno de esos "enfants terribles" del cine, y a finales del año pasado admitió que, antes de entrar en rehabilitación en 2006, bebía a diario.
Ahora, el actor irlandés ha vuelto a sincerarse en Perez Hilton, explicando más detalles sobre sus peores años. Además del alcohol, también tuvo encontronazos con drogas mucho más peligrosas, y explicó que la fama le ayudó a conseguir "cualquier polvo" que podía querer: "Estaba fuera de control, durante años podía permitirme ciertas cosas... Tuve una tolerancia bastante alta a varias drogas durante años, pensaba. Se acumularon hasta el punto de que ya no podía echar el freno".
¡Quiero ser amigo de mi hijo!
El nacimiento de su primer hijo James en 2003 pudo suponer el punto de inflexión que haría que el actor cambiase de hábitos, pero no llegó a ese punto inmediatamente: "Cuando tuve a James, tomé la decisión de no cambiar. Dije literalmente, '¡No voy a cambiar! ¡Voy a ser su amigo!. Como si un jodido borracho y yonqui de 28 años fuese exactamente lo que mi hijo de seis semanas necesitaba". En 2006 entraba en rehabilitación y ahora su hijo es el pilar que le ayuda a soportar su nueva vida.Farrell es todavía uno de los actores más cotizados, aunque no sea de los más prolíficos, escogiendo pocos proyectos al año. En 2013 le hemos podido ver en 'Dead Man Down', y a principios del año que viene estrenará 'Al encuentro de Mr. Banks'. El trabajo puede ser un gran sustituto de esos malos hábitos que quiere dejar atrás.