"Las ideas mueven el mundo solo si antes se han transformado en sentimientos", Elizabeth Taylor. Una mujer que ha sabido desprender en toda su esencia y, a lo largo de su vida, el saber estar y la elegancia, pues su belleza y su figura han perdurado en el tiempo a pesar de haberla despedido. De rasgos marcados y peculiares, una británica que consiguió conquistar a todo el público al que se dirigía con esa mirada de ojos de color azul océano, una media luna por sonrisa y una gracia en la actuación que pocas actrices han tenido la suerte de poseer.
Una vida cargada de anécdotas, excelentes personajes en proyectos cinematográficos y un entorno personal que ha dejado huella para la posterioridad. Cinco años desde que una de las actrices más flamantes del arte dramático fuera despedida por una familia que recoge a su entorno íntimo, sus fieles seguidores y al mundo del cine en general. En Bekia recordamos los momentos más entrañables de la reina de la gran pantalla.
Cleopatra, su mejor papel
Una actriz que comenzó su carrera profesional siendo tan solo una niña, con un rostro angelical y una mirada limpia e inocente, la pequeña Elizabeth dio el salto a la fama poco después de instalarse en Los Ángeles. Su madre y los amigos íntimos de la familia fueron los responsables de que los cinéfilos hayan disfrutado de una de las mejores actrices en el mundo de la interpretación, y es que esa mirada arrolladora de la actriz fuera la auténtica protagonista en gran parte de su éxito.
Ha destacado por muchos y diversos papeles a los que ha dado personalidad a lo largo de su trayectoria profesional, sin embargo Elizabeth Taylor ha sido reconocida entre otros personajes por encarnar a la princesa del desierto, Cleopatra. Bajo complementos en dorados y una media melena trenzada, la actriz defendió uno de los mejores papeles de su vida, pues las mejores críticas del cine así lo testaron durante mucho tiempo.
Un drama que logró exprimir el lado interpretativo de Liz Taylor convirtiéndose de forma instantánea en una de las mujeres artistas más aclamadas del momento, además de dotarle del éxito que siguió alimentando en su futuro también le proporcionó el placer de conocer al que se convertiría en uno de los hombres de su vida.
Liz Taylor, de actriz clásica a icono sexual
Una biografía profesional que comenzó muy pronto pero que llegó a un descanso cuando la actriz llegó a la adolescencia, esta etapa supuso para Liz Taylor un respiro en su ámbito laboral con el cine pues las productoras no estaban del todos seguras que hacer con ella. Su perfil de mujer rompedora pero de belleza exquisita y clásica a la vez no encajaban en los cánones de los perfiles de los personajes del momento.
Su principal estereotipo bajo las directrices de los mejores artistas del cine fueron en papeles de mujeres millonarias con luminosa belleza, pesa a su escasa edad la joven Liz Taylor consiguió traspasar lo límites de su juventud para convertirse en una mujer aún siendo una jovencita. La sucesión de estas interpretaciones supuso para la actriz un gran salto a la gran pantalla del renombrado Hollywood. A pesar de que sus matrimonios complicados se interpusieron en ocasiones en la vida laboral de la actriz, ella nunca dudó en dejar lo que más le apasionaba, el cine.
Con la película 'Mujer marcada' Liz Taylor rompió con el estereotipo de mujer delicada en la que se vio envuelta durante muchos años gracias al interés que le suponía a los representantes de las productoras de la época. Fue entonces cuando la clásica Elizabeth Taylor se transformó en la mujer que todos los hombres deseaban tener a su lado, consiguiendo además convertirse en un icono sexual.
Alma conquistadora
Su gran belleza singular logró conquistar a una larga lista de hombres, sin convertirse en la clásica actriz divorciada y despechada, Elizabeth Taylor consiguió llevar con elegancia todos y cada unos de sus divorcios. Conquistadora de espectadores, públicos y también de los hombres más importantes y poderosos de gran parte de Estados Unidos y algún que otro romance británico.
Su primer amor, un heredero del que estuvo profundamente enamorada pero que terminó en un divorcio caótico tras sufrir una experiencia matrimonial entre ludopatia, bebida y conductas abusiva por parte del que fue su marido. Con un total de siete matrimonios, Liz Taylor continuó con su vida tras su nefasto primer enlace encontrando en el camino a tres apuestos hombres más con los que pasó por el altar. Sin embargo la intérprete no consiguió sentirse satisfecha con ninguno de los nombrados y continuó su aventura en los laberintos del amor.
Con cuatro hijos de diferentes matrimonios, Elizabeth Taylor volvió a contraer nupcias en dos ocasiones más, convirtiéndose Larry Fortensky en el último marido de la legendaria reina de Hollywood. Una vida amorosa llena de diversidad, pasión y muchas alegrías de las que Taylor tuvo la suerte de extraer cuatro maravillosos hijos de los que tuvo diez nietos, transformándose en abuela a tan solo los 39 años.
Su faceta más revolucionaria y caritativa
A pesar de quedar encasillada bajo una imagen de mujer delicada y de cristal, esta actriz nunca tuvo ningún impedimento en plantarse delante de un problema y alzar la voz para hacerse escuchar. En más de una ocasión aprovechó la oportunidad para reflejar e imponer su opinión sobre las injusticias que ella consideraba oportunas.
Tan grande fue su dedicación hacia la causa que en 1992 la intérprete de Cleopatra recibió uno de los premios más importantes, y es que la actriz tuvo la oportunidad de disfrutar un reconocimiento como el premio Príncipe de Asturias de la Concordia por su larga y constante lucha con la enfermedad.
El gran amor de Liz Taylor, sus joyas
En alguna ocasión la mítica reina de Hollywood hizo referencia a su lado más íntimo, refiriéndose a su gran amor. Y es que no dudó en contestar que sus grandes pasiones y a la par sus grandes amores habían sido Mike Todd, Richard Burton y por su puesto las joyas. Inmersa en una multitud de piedras preciosas y perlas de los mejores paraísos del mundo, Elizabeth Taylor tuvo la suerte de recibir una sucesión de regalos de sus respectivos maridos que ha logrado convertirse en un legado millonario conocido como las joyas de Elizabeth Taylor.
Un pasión que se transformó en una enorme colección que hoy vale más de 21 millones de euros, y es que este conjunto de joyas tenían un significado más que importante y amplio para la actriz, sus joyas era sus objetos más amados por la diva de Hollywood. Sin embargo su pequeño más preciado era un regalo de su entonces exmarido Richard Burton en forma de anillo de diamantes con aros de platino de 33 quilates, un enorme tesoro emocional para la actriz.
"Cuando muera y las pongan a subasta, espero que quien sea que las compre les pueda dar un bonito y buen hogar". Una declaración sobre sus tesoros más preciados que dejó la actriz plasmado en el libro que recopila su biografía. Toda una diva que logró sellar su imagen personal en el mundo del cine y del espectáculo en general.