Chari Lojo, exconcursante de 'GH 12', ha contado cómo es su nueva vida en Ceuta trabajando como funcionaria de prisiones.
El futuro que depara a aquellos que concursan en 'Gran Hermano' tras salir de la casa es totalmente incierto. Mientras unos recorren platós para contar información privilegiada de su edición, otros consiguen convertirse en verdaderas estrellas del mundo televisivo, como serÃa el caso de Kiko Hernández; y el resto cae en el olvido mediático. Lo que no suele ser tan común es que, por decisión propia, un concursante decida hacer un cambio radical en su vida después de haber tenido éxito y dedicarse a estudiar unas oposiciones, terminando por aprobarlas.
Asà ha sido el caso de Chari Lojo, la concursante de 'GH 12' en 2012. La gaditana realizó un muy buen concurso, ganándose el apoyo del público y siendo la décima expulsada por el público después de aguantar durante 81 dÃas en la casa. Lojo entró en el concurso con el que fue su novio, Rubén Estévez. Pero, después de concursar en 'Gran Hermano 12', 'El Reencuentro' y 'GH VIP 3', donde se peleó con Belén Esteban e Ylenia; la joven decidió dejar atrás esa vida y hacer unas oposiciones para acceder a un puesto de funcionaria de prisiones. Tras aprobarlas, Lojo comenzó a realizar sus prácticas en el Centro Penitenciario de Ceuta, como publicaba el diario digital El Pueblo de Ceuta. "Sé que valgo para esto"
Ahora Chari Lojo ha hablado para Jaleos y ha contado cómo ha cambiado su vida y el porqué de este cambio. La exconcursante escogió esta por estar cerca de su Cádiz natal: "Espero no arrepentirme porque esto es como un pueblo y a la gente le va demasiado el morbo, pero de momento me tratan muy bien y me siento muy feliz". Chari Lojo es diplomada en Turismo, administrativa comercial, secretaria de dirección y guÃa de rotas, como apunta Telecinco: "Sé que valgo para esto, pero la gente tiene la imagen que ve en televisión y no piensa más allá", aclaraba la gaditana.
Uno de sus hándicaps dentro de su nuevo trabajo es precisamente esta fama que cosechó, como apunta ella misma: "Todo el mundo me conoce pero se portan muy bien conmigo, la única diferencia con mis compañeras es que yo tengo que luchar más para demostrar que valgo". Entre sus funciones se encuentra el encargarse de la vigilancia interna, algo que deriva en tratar de manera directa con los presos. "El trabajo es complicado pero me gusta, estoy mucho mejor de lo que esperaba", ha explicado, reflejando asà lo feliz que está con su nueva vida que tanto le ha costado conseguir.