El futbolista Cesc Fábregas se encuentra en aguas ibicencas disfrutando de unas más que merecidas vacaciones. El jugador de la selección española alquiló un barco con el que salió a navegar junto a su pareja, Daniella Semaan, y sus hijos, tanto los que tiene con ella, Lia y Capri, como los que ella tuvo fruto de su matrimonio con Elie Taktouk.
Fábregas, con un bañador de color rosado, presumió de cuerpazo, y es que sabe cómo mantenerse en forma. El centrocampista del Chelsea estuvo charlando junto a un amigo en la cubierta del barco y se lanzó a surcar los mares a bordo de una moto acuática.
La libanesa, que es madre de cuatro hijos, posee una figura envidiable. Con un bañador rojo estaba radiante, aunque ella no debía de pensar lo mismo, pues no se dejó ver en bikini luciendo su cuerpo en todo su esplendor como en otras ocasiones.
Dentro de 5 días, la familia estará de cumpleaños y es que la pequeña Capri, la benjamina, nació el 10 de julio del año pasado y celebrará su primer aniversario. Será un gran acontecimiento que seguro celebrarán por todo lo alto. La pareja tiene otra hija mayor, Lia, a la que Cesc dio la mano para bajar del barco.
Fàbregas y Semaan se conocieron allá por 2011 en el restaurante japonés Nozomi de Londres, cuando el deportista jugaba en tierras británicas en las filas del Arsenal antes de ser fichado por el Barça. Se hicieron una foto, la típica entre una fan y una estrella del fútbol, se intercambiaron los números de teléfono y siguieron en contacto.
Un flechazo instantáneo
Fue todo un flechazo. Por aquel entonces, Cesc todavía salía con su novia de toda la vida, Carla Dona, con la que acabó rompiendo después de siete años de relación. Por su parte, Daniella Semaan se separó de su marido, Elie Taktouk, con el que tenía dos hijos y con el que se tuvo que enfrentar en una dura y complicada pelea judicial tras su ruptura.
Al final todo ha merecido la pena, pues Fábregas y Semaan forman una de las parejas más estables y consolidadas del mundo futbolístico. Por el momento no tienen pensado ni tener más hijos ni pasar por el altar, pero todo se andará.