No corren buenos tiempos para una de las voces más prodigiosas, queridas y aclamadas de todo el planeta. Una vez más, la cantante Céline Dion se encuentra pasando por la que podría ser considerada, si cabe, como una de las etapas más duras de su vida. Y es que parece que para la artista, la mala racha nunca cesa. Así, pocos meses después de haber decidido regresar a los escenarios, a petición de su marido gravemente enfermo de cáncer, la suerte vuelve a ponerse en contra de la vida de la canadiense.
Aunque esta vez con más fuerza que nunca. Arrastrando este calvario desde hacía más de 15 años, su marido René Angélil no pudo soportar la dureza de su enfermedad y falleció este pasado 14 de enero. Un principio de año amargo que dejaba a Dion entre lágrimas y con la responsabilidad de seguir cuidando y educando a sus hijos sin el amor de su vida. Un apoyo incondicional, tanto en su día a día como en su carrera profesional, al que la cantante supo cuidar hasta el final de sus días.
Una de las últimas veces en la que decidió abandonar momentáneamente la música y entregarse de forma plena a su esposo fue en el verano de 2014. La artista de 'My Heart Will Go On' se encontraba a punto de comenzar su gira de conciertos por Asia y su show en Las Vegas cuando el estado de salud del productor musical y cantante Angélil cayó en picado. Su evolución tras extirparle un tumor canceroso en la garganta parecía ser más lenta de lo esperado y Céline Dion no quiso pensárselo dos veces.
Un comienzo de año en picado
" Quiero dedicar cada gramo de mi fuerza y energía para la curación de mi marido ", aseguraba la intérprete por aquel entonces. Y así lo hizo. Hasta que finalmente la vida decidió separarles por completo el pasado mes de enero. Una herida que tardará mucho tiempo en curar y a la que Céline Dion prefiere hacerle frente a través de sus canciones, tal y como ha demostrado con su vuelta a los escenarios tan solo mes y medio después[/i] del fatídico suceso.
Y es que si a todo esto se le suma la también repentina muerte de su hermano apenas dos días después del fallecimiento de su marido, es de entender que la canadiense haya querido dar un aire renovador a sus días. ¿Y de qué manera? Comenzando por la venta de la mansión de Quebec que la artista compartió con su marido René Angélil durante largos años. Un procedimiento que ya llevaba abierto en el mercado inmobiliario desde hace dos años y al que por fin ha conseguido dar salida.
Casualidad o no, lo cierto es que de una manera u otra la herida de Dion comienza a cerrarse poco a poco. Si bien el recuerdo de René Angélil siempre permanerá en la memoria de la artista, haber conseguido desprenderse de esta vivienda seguro que supondrá para ella un alivio infinito. Recuerdos encerrados en más de cuatro paredes que ya empiezan a descansar en otro capítulo más de su vida. Aunque, por supuesto, la llama de la que ellos consideraban como su segunda residencia permanecerá siempre encendida.
La Isla de Gragnon, su rincón privado
Ya no solo por las historias que guardan cada uno de los rincones de esta majestuosa mansión sino también por la grandeza de todos sus detalles. Algo de lo que fue testigo, y aún hoy continúa siéndolo, la ciudad canadiense de Quebec y más en concreto la isla privada de Gagnon. Un terreno exclusivo y privilegiado que hasta hace muy poco pertenecía a esta madre de tres hijos y que se encuentra rodeado de abundante vegetación.
Pequeños bosques que dan vida a los paisajes de este palacete y que en su día proporcionaron la paz y la tranquilidad a la familia de Dion. En total, 77.000 metros cuadrados de isla que seguro que la intérprete de 'I'm Alive' conocía a la perfección. Más que suficientes para disfrutar de la vida en familia. Asimismo, más allá de las frondosas vistas de Gagnon también se hallan otras islas más pequeñas como la de Paré, Kennedy, Chapleau, Gaudette y Langlois. Todas ellas ubicadas en la conocida como la Riviera de las Mil Islas.
En cuanto a su precio de venta, lo conocido hasta entonces es que la artista había llegado a pedir a sus compradores la cantidad de 25,5 millones de dólares (22 millones de euros). Hay que tener en cuenta que este fue el valor que Dion estableció a la vivienda hace dos años, momento en el que tomó la decisión de renunciar a ella. Sin embargo, según lo recogido por el periódico canadiense La Presse, Joseph Montarano, agente inmobiliario responsable de su venta, no ha querido desvelar ni el nombre del nuevo dueño ni la cifra final del inmueble.
"Sí, la casa se vende y eso es todo lo que puedo decir, por respeto a Céline. Era la propiedad más cara en el mercado de reventa de Quebec. En los últimos meses, hemos recibido varias ofertas y hemos notado que esta propiedad ha suscitado un gran interés ", aseguraba el trabajador de Sotheby's. Un atractivo que habrá sido suscitado no solo por su situación sino también por las maravillas que decoran tanto el interior como el exterior de la casa. Para empezar, cualquiera puede quedar boquiabierto tan sólo con las dimensiones que presenta este casoplón: nada más y nada menos que 2.230 metros cuadrados.
¿Cómo es la mansión por dentro?
Unas dimensiones desorbitadas que empujan a cualquiera a imaginar lo que se puede encontrar dentro. Aunque pocos sueños lograrían alcanzar la realidad. Se trata de un inmueble inspirado en el estilo normando, construido en piedra y con una fachada exterior decorada plenamente con vegetación. Asimismo, su interior está formado por seis habitaciones, un comedor con capacidad para 18 personas, tres baños y tres aseos, una biblioteca, un gimnasio, un helipuerto privado y una gran bodega.
Todo ello dispuesto en tres plantas y decorado de una forma muy colonial, con muebles de madera y suelos, en muchas ocasiones, de mármol. Nada, absolutamente nada, queda libre de exigencias y detalles. Aunque sin lugar a dudas, una de las piezas que más brilla en el interior por su notoria grandiosidad es la escalera de caracol que conduce al segundo piso. Allí es donde se encuentra la habitación principal, estancia que además ocupa gran parte del espacio. Dispone de baño privado, dormitorio y un clóset o vestidor al que se puede acceder mediante diversas puertas.
Un interior completamente compensado con su exterior, del cual se puede también disfrutar a través de las diversas terrazas que dispone la única casa de la Isla de Gagnon. Aún así, y a pesar de hallarse algo aislada del resto de habitantes, sus vecinos se han llegado a mostrar algo tristes tras la marcha de la cantante, tal y como relata uno de ellos al diario Le Journal de Quebec: " cuando llegaba saludaba a la gente ". Aunque también comprenden que este gesto puede ayudarle a seguir adelante con su vida.
El tesoro de Isla Júpiter, Florida
De esta manera, la Isla de Gragnon se une a una lista de emotivos recuerdos ya pasados de la que también forma parte la Isla Júpiter de Florida. Un lugar en el que aún sigue manteniendo en venta su enorme mansión y donde pasó gratos vivencias junto a su esposo René Angélil.
Contaba con una magnífica belleza arquitectónica, grandes jardines junto al mar, piscinas con toboganes y puentes, una residencia para sus invitados, sala de cine, sala de juegos, espacios de relax... Todo esto y un sinfín de peculiaridades repartidas en un espacio de 10.000 metros cuadrados y que en el momento de su vuelta al mercado, en el verano de 2013, alcanzó la cifra de 72 millones de dólares. En 2014 fue rebajada a 45,5 millones.