El Conde de Salvatierra ha vuelto a organizar un año más la misa homenaje por su madre a la que no han acudido sus hermanos.
Cayetano Martínez de Irujo ha vuelto a reunir a sus seres queridos más cercanos en la misa anual que organiza en memoria de su madre, la Duquesa de Alba, cada 20 de noviembre, fecha en la que falleció en el año 2014. El Conde de Salvatierra organizó la misa en la Iglesia de la Hermandad de los Gitanos de Sevilla, donde se encuentran parte de las cenizas de la fallecida. Allí, año tras año, Cayetano Martínez de Irujo celebra una misa en memoria de su madre pero no son muchos los familiares que acuden a la misma. En esta ocasión, ha contado con la compañía de su actual pareja, Bárbara Mirjan, así como de su exmujer, Genoveva Casanova, y uno de sus hijos, Luis, así como Margaret, la hija de la que fuera su nanny. Amina, su otra hija, no pudo acudir por tema de exámenes en Madrid.
También se pudo ver a Carmen Tello, gran amiga de Cayetana, y el doctor Paco Trujillo, pero lo cierto es que la misa estuvo marcada por las ausencias. Cayetano Martínez de Irujo respondía a la prensa amablemente y hablaba sobre todas esas ausencias que tanto le han dolido: "Para mí es un orgullo enorme que mi familia esté unida, que estemos unidos, que vengamos aquí a darle el homenaje que merece una vez al año", comenzaba diciendo al respecto.
Unos hermanos alejados
El Conde de Salvatierra continuaba diciendo: "Esperaba que viniesen Fernando y Carlos. Fernando me llamó esta mañana y me dijo que estaba con gripe desde hacía tres días, Carlos pensaba que iba a venir y no ha venido. No tengo mucho que decir", comentaba dolido. Respecto a Alfonso Díaz aclaraba que había sido una causa de fuerza mayor: "Alfonso tiene covid, que lo tenía todo organizado pero ha vuelto a dar positivo entonces no ha podido venir".
Volviendo al tema de los hermanos, Cayetano decía: "Mis hermanos no sé, cada cual tiene su conciencia con respecto a lo que atañe a su madre. Yo esperaba que viniese Carlos, me hubiera hecho ilusión porque hace poco estuvimos en una misa, 50 años de la muerte de nuestro padre, y estuvieron todos y aquí no ha venido ninguno ningún año. La verdad es que es triste. A mi madre le daría pena vernos desunidos, por eso yo me he esforzado mucho porque mi familia esté unida porque en la vida hay que estar unido". "Al final, la vida es corta, imagínate cómo está de difícil para todo el mundo, hay que quererse y ayudarse. Yo estuve muy unido a ella, me dio su mayor responsabilidad que era todo su patrimonio, hice una gran labor, me quedé en paz con ella, con todo lo que tratamos, toda esa unión que tuvimos que no habíamos tenido antes y aquí estoy, haciéndola un homenaje todos los años y me gustaría que todos sintiesen. Pasa rápido el tiempo", concluía.