La Duquesa de Alba era una mujer a la que la Semana Santa sevillana gustaba mucho, ya que era muy creyente y no faltaba nunca a la cita. Esta es la primera Semana Santa desde que falleciera doña Cayetana, y su ausencia se ha notado mucho en las calles sevillanas.
La duquesa de Alba fue hermana de Los Gitanos desde muy joven y camarera de honor, y tal y como fue su deseo reposa para siempre en esta iglesia desde el pasado otoño. Carlos, duque de Huescar y futuro Duque de Alba, acudía solo al templo. Lo hacía con un enorme ramo de flores blancas que dejó bajo la placa en memoria de doña Cayetana, que también besó.
Una tensa relación
La relación entre el primogénito y el jinete no se encuentra en uno de sus mejores momentos. Carlos ha aceptado como suya la obligación de continuar con el legado controlado de la Casa de Alba, dirigiendo el patrimonio de la Fundación y del resto de las empresas familiares. Cayetano, por su padre, organizó varias iniciativas para poner en valor la marca Alba, según declaró en una entrevista, no coincide con su hermano mayor en las formas.
Esta es, sin duda, una Semana Santa muy diferente a las que le gustaban a la Duquesa de Alba. Si bien en los últimos años no podía disfrutar de estos días como le gustaría, ahora es el turno de sus hijos, quienes serán los responsables de continuar con esta tradición, sea juntos o por separado.