El Duque de Arjona ha revelado cómo logró que su madre aceptara la donación en vida para así ahorrarse impuestos el día que ella falleciera.
Cayetano Martínez de Irujo sigue feliz con su puesto de colaborador en 'Espejo Público'. El problema es que para hablar de ciertos temas utiliza sus experiencias personales, lo que le granjea en ocasiones críticas, y a veces, seguro que problemas con el resto de sus hermanos, todos ellos mucho más discretos a nivel mediático.
El Duque de Arjona participó en una tertulia sobre el impuesto de sucesiones, aprovechando para criticar el de Andalucía. "Para mí es una expropiación, no tiene justificación. Es absolutamente inmoral hacer un impuesto de estas características, es dantesco".En un momento dado, comentó cómo había hecho para no llevarse un palo tan grande el día que su madre, la Duquesa de Alba, falleciera, algo que ocurrió el 20 de noviembre de 2014. "Hicimos una estrategia el abogado y yo para ganarnos la confianza de mi madre. Fuimos a verla, primero entró el abogado, luego entré yo y me lo presentaron a mí como si hubiese sido idea de ella", contó el Conde de Salvatierra, señalando que el objetivo era que hiciera una donación en vida.
El quinto de los seis hijos de la XVIII Duquesa de Alba dice que resultó complicado porque "era como una emperatriz con su imperio", pero que afortunadamente confiaba en él y le hizo caso: "Luego estaba muy contenta de haberlo hecho porque eso ha sido la salvación del patrimonio".Una vida sin lujos
Así, Doña Cayetana repartió su herencia en vida, una forma también de tranquilizar a sus hijos y que despejaran el camino para que la aristócrata pudiera casarse con Alfonso Díez, algo que consiguió el 5 de octubre de 2011. La herencia se repartió como quiso la jefa del clan, siendo el más beneficiado el primogénito y actual Duque de Alba, Carlos Fitz-James Stuart: "Todo lo que generaba algo de dinero se lo ha llevado Carlos y los demás un poquito de patrimonio, que no es para nada la fortuna que pueda pensar la gente".
Además, recordó que la Duquesa de Alba nunca había disfrutado de grandes lujos como algunas personas pudieran pensar y que ella vivió más modestamente de lo que podría haber hecho para no perder patrimonio: "La casa se ha descapitalizado en beneficio de haber mantenido, mejorado y haber traído todo ese patrimonio hasta aquí. Mi madre no ha tenido un lujo nunca, ni siquiera un buen coche. Todo su dinero lo ha utilizado para restaurar cuadros y aumentar el patrimonio".