La Duquesa de Alba continúa luchando por su vida en el Palacio de las Dueñas de Sevilla, lugar al que fue trasladada este martes por la noche procedente del Hospital Sagrado Corazón en el que fue ingresada el domingo por una gastroenteritis que derivó en una infección pulmonar y una insuficiencia respiratoria.
Una vez en su residencia, que es donde ella había pedido estar, ha seguido atendida por el equipo médico que se encargó de ella en el centro médico, además de las personas que han cuidado de su salud en los últimos años. Lamentablemente, la Duquesa de Alba se encuentra inconsciente, con morfina y calmantes. Además, necesita oxígeno para respirar y ya recibe cuidados paliativos.
Por ello, los Alba han hecho piña y se han reunido todos en el Palacio de las Dueñas. Así, Alfonso Díez, tercer marido de la Duquesa de Alba, el Duque de Huéscar, el Marqués de San Vicente del Barco, el Conde de Salvatierra y la Duquesa de Montoro han recibido a los dos hermanos que faltaban por llegar, el Duque de Aliaga y el Conde de Siruela.
Hijos, nietos y amigos, volcados con la Duquesa de Alba
También han ido llegando a Dueñas algunos de los nietos de Doña Cayetana, al menos tres de ellos a los que se ha visto. Jacobo Fitz-James Stuart y Fernández de Castro ha llegado con su mujer, Asela Pérez Becerril, y su hermana, Brianda Fitz-James Stuart. En el Palacio se ha visto a Cayetana Rivera, hija de Eugenia Martínez de Irujo, que se mostró visiblemente emocionada y enjugándose las lágrimas.
Además de ellos, por Dueñas han pasado Carmen Tello, íntima amiga de Doña Cayetana, entre otras amistades, e Ignacio Sánchez-Dalp, capellán de la Casa de Alba. La aristócrata también cuenta con el cariño de su secretaria e inseparable amiga Lola Maroli, y con la esperanza de la Hermandad del Cristo de los Gitanos, de la que Doña Cayetana es hermana mayor, y que le ha enviado un pañuelo de la Virgen de las Angustias.