La causa de la muerte de Alan Thicke, actor de 'Los problemas crecen', ha trascendido a los medios de comunicación poco después de que le fuera practicada la autopsia. Según el informe forense, Thicke murió a causa de una ruptura de la aorta y una disección de la misma de tipo A, tal y como ha revelado la revista People. Tan solo unos días antes del fatal desenlace, el actor comenzó a quejarse de un fuerte dolor en su espalda. Sin embargo, no se le dio demasiada importancia y el pasado 13 de diciembre, Alan Thicke fallecía a los 69 años.
El actor se encontraba jugando al hockey con su hijo menor, Carter, cuando sufrió el ataque. Rápidamente fue trasladado a un hospital de California donde poco se pudo hacer por él y murió poco tiempo después. Recientemente, familia y amigos de Alan Thicke quisieron rendirle un sentido homenaje. La ceremonia fue privada pero la mujer de uno de los hijos del actor, Dolly, compartió en su cuenta de Facebook algunos detalles de la misma. "El memorial que hemos hecho en honor a Alan ha sido perfecto. Muchos familiares y amigos han venido a rendir homenaje a nuestro querido padre".
Alan Thicke y su mujer Tanya Call Thicke en la premier de 'Bad Moms'El papel más conocido de Alan Thicke es el de Jason Seaver, un simpático y bonachón psiquiatra que trabajaba en casa y era además padre de la familia que retrataba la serie 'Los problemas crecen'. La ficción se convirtió en un gran éxito entre el público y permitió a actores de la talla de Leonardo DiCaprio y Kirk Cameron conocer los inicios de la fama. Thicke siempre se mostró muy orgulloso de formar parte de esta familia y en 2010 aseguró en una entrevista con el portal AVClub que: "Me encantó. Estoy orgulloso de ella y orgulloso de su mensaje".
Un adiós demasiado pronto
Alan Thicke no tenía pensado dejar de trabajar. Poco antes de su fallecimiento se había fijado que el actor trabajaría en la serie de Netflix 'Fuller House'. "La segunda temporada tiene buena pinta. Incluso me gustan los capítulos en los que no salgo yo", compartía Thicke en un tweet. Un triste adiós que ha llegado demasiado pronto.
