La muerte de María Teresa Campos ha sido todo un impacto para los que le querían, pues ha fallecido una de las grandes comunicadoras de España así como una madre, abuela, hermana, amiga... para todos sus seres queridos. No cabe duda de que son momentos muy dolorosos para todos ellos y hay quien se acuerda de Edmundo Arrocet, quien fue su pareja durante cinco años y con el que tan mal acabó.
El humorista sigue diciendo que nunca rompió su relación con un whatsapp pero lo cierto es que ya ninguna de esas cosas tienen sentido pues María Teresa Campos nos ha dejado y merece descansar en paz. Tras su muerte, las primeras declaraciones de Bigote Arrocet fueron más que cuestionables, pues habló en 'Espejo público' y una de las frases más comprometidas fue: " No, yo no, la que me tenía que haber pedido perdón es ella a mí, no yo a ella porque nunca fue verdad nada de eso ".
Sin duda, unas palabras poco acertadas el mismo día de su fallecimiento por las que le llovieron las críticas. Ahora, ha querido mandar una carta al periodista Saúl Ortiz, publicada en 20 minutos, en la que ha sido más correcto y ha recordado con cariño lo vivido con María Teresa Campos: "Querido Saúl: me gustaría que Dios me hubiera bendecido con el don que le dio a Rubén Darío, Gabriela Mistral o la fácil y magistral pluma de Giovanni Papini para poder desahogar mi corazón con desenvoltura y poder expresar las cosas más lindas y destacables que atesoré durante los cinco años y siete meses que viví junto a Teresita, su verdadero nombre".
Un adiós público
Bigote Arrocet ha continuado diciendo: "Con ella compartí amor, viajes, comidas, secretos y confesiones mutuas. Quiero destacar su amor al trabajo, su inteligencia, la facilidad de palabra y su carácter fuerte en algunos momentos. Pero también su capacidad para moverse en las artes de las falsedades de ciertos seres humanos. Los secretos y confesiones los conozco yo en toda su magnitud, ya que a nuestras edades no estábamos para contarnos mentiras ".
Por último, el humorista añadía: " Trató a mi familia con amor y dulzura infinita, quizás más de la que yo traté a la suya por el poco tiempo compartido. Creo que, de todos, el que más la conoció después de mí, fue Gustavo. Guardaré los recuerdos bonitos de la Morita hasta el día que me despedí de ella y no por un WhatsApp como muchos dicen", zanjaba.