Los médicos encontraron además acumulación de tejido graso en sus arterias y signos de haber consumido múltiples agentes químicos, aunque no se sabe si fue motivo suficiente para causarle la muerte.
Carrie Fisher, quien era conocida internacionalmente por interpretar a la Princesa Leia en 'Star Wars', murió en el hospital el pasado 27 de diciembre de 2016 a los 60 años. La actriz fue ingresada después de haber sufrido un infarto masivo en un vuelo internacional el 23 de diciembre. Desde entonces los homenajes a la fallecida no han parado de sucederse.
Varios problemas arrastrados
Éste no fue el primer problema de salud de Fisher, quien había lidiado con el consumo de varias drogas y un trastorno mental que trataba con antidepresivos. Tanto ella como sus familiares han hablado en varias ocasiones sobre este asunto: consumió marihuana por primera vez con 13 años para, más tarde, consumir LSD a los 21.