La madre del empresario está dispuesta a hacer un esfuerzo por contentar a su hijo y a su futura nuera el día de su enlace.
Pese a que Carolina Molas, madre de Íñigo Onieva, se haya empeñado en marcar ciertas distancias con la prensa, parece que su opinión podría cambiar por una razón de peso. Cuando su hijo se vio envuelto en el escándalo de su ruptura con Tamara Falcó por su infidelidad dijo algunas palabras a los medios e incluso apareció llorando ante las cámaras en una ocasión, razón por la que decidió mantenerse al margen porque no se sentía cómoda.
Tanto ella como sus otros dos hijos, incluida su hija Alejandra Onieva que es actriz, esquivan a las cámaras siempre que pueden y piden que no les graben en sus salidas por Madrid cuando van de compras o a comer a algún restaurante, pero ahora está dispuesta a hacer un esfuerzo. En un principio se negó a participar en la exclusiva que la Marquesa de Griñón negocia con la revista ¡Hola! para el día de su boda con Iñigo Onieva. Sin embargo, la insistencia de su hijo y de su futura nuera puede que haya dado sus frutos, 'pasando por el aro' y cediendo para formar parte finalmente en el reportaje fotográfico en el que muy probablemente también participe su consuegra Isabel Preysler.
Pero pese a haber accedido, no es plato de buen gusto para ella, aunque siente que no le queda otra opción, para así dejar las tensiones a un lado. Esta participación, si bien es cierto, será una excepción. "No cobrará nada, lo hará de manera puntual y no volverá a hacerlo. Lo ha dejado claro", han dicho desde el programa 'Y ahora Sonsoles'. Una celebración muy esperada y especial
La boda por fin se celebrará el 8 de julio en El Rincón, la finca propiedad de Tamara Falcó y su hermano mayor. Allí se darán cita unos 200 invitados, por fin tiene su vestido en marcha que está siendo diseñado por Carolina Herrera, y contará con un catering muy especial a cargo de Eneko Atxa, que cuenta con cinco estrellas Michelin.