La muerte de Carmen Franco ha dejado en el aire lo que ocurrirá con la demanda que el Ayuntamiento de Santiago de Compostela presentó en contra de la hija del dictador por el caso del Pórtico de la Gloria.
Carmen Franco y Carmen Martínez-Bordiú en una de las corridas de toros de San Isidro 2013
Aunque la denuncia fuese admitida a trámite nunca se le llegó a notificar a la afectada antes de que falleciera. Por ello, el juzgado le ha pedido al ayuntamiento que reformule nuevamente su demanda y que en esta ocasión sean los herederos legítimos de la acusada los que respondan ante la justicia. Todo apunta a que será Carmen Martínez-Bordiú la que tenga que tomar este papel, ya que de no ser identificados los herederos legítimos, es ella la cabeza visible de la unidad familiar.
Esto se debe principalmente a que la nieta de Franco se ha convertido en la heredera del ducado que le pertenecía a su madre. Hace tiempo ya que ha mostrado su interés en ser la heredera del título de Duquesa de Franco y señora de Meirás y su principal argumento es el hecho de ser la primogénita de la fallecida. De este modo, la intención del ayuntamiento no es otra que Carmen Martínez-Bordiú responda a su demanda y, en el caso de que ella no sea la propietaria de las estatuas, sea la que identifique al que sí lo es.
Carmen Martínez-Bordiú llevando los restos mortales de su madre a la cripta de La Almudena
Las estatuas de la discordia
El motivo principal que ha provocado que la familia Franco se enfrente en los tribunales al ayuntamiento es que la difunta hija del dictador no accedió a entregar las estatuas confeccionadas en el taller del Maestre Mateo para el Pórtico de la Gloria de la Catedral de Santiago. Según el ayuntamiento de la ciudad, no existe ningún tipo de prueba o permiso jurídico que acreditara a Franco a hacerse con ellas o a su posesión.