Carmen Lomana fue la protagonista de la segunda entrega de ' Sexo y etcétera ', el programa sobre sexualidad presentado por la psicóloga Lorena Berdún. En el formato de Telemadrid, la celebrity habló sin tapujos de lo que le gusta y lo que no en la cama y se atrevió a dar una serie de consejos para poner en marcha.
La empresaria comenzó diciendo: "Hay mujeres que se han pasado su vida matrimonial fingiendo. Y que las mujeres jóvenes sigan fingiendo pone de manifiesto lo poco que hemos avanzado". También aseguró que aunque no tiene prejuicios " no pasa nada por ser virgen hasta los veinte: es mejor que ir de colchón en colchón desde los catorce " y que no entiende "por qué cuesta hablar de sexo, porque es la vida".
La presentadora de 'Las joyas de la corona' no tuvo pudores en hablar de lo que le gusta en el sexo. "No me gusta hacer el amor en la oscuridad, ni tampoco en silencio. Me gusta hablar y que me hablen. Excita mucho que te digan hasta ordinarieces. Si estás muy motivada y muy excitada, te sale así", contó. De la misma manera dio un consejo para poner en práctica. "Tú pones unos polvos de talco perfumados en la sábana bajera y, aparte de que resbalas un poco, te empapan. Es maravilloso. Te envuelven. Tampoco tienes que poner que salgas como una albóndiga, solo un poquito embadurnada", explicó la exconcursante de 'Supervivientes'
No se suicidó por estética
Carmen Lomana también habló de su vida amorosa con Lorena Berdún, y la exconcursante de 'Más que baile' dejó constancia de lo duro que fue superar la muerte de su marido Guillermo: "Yo estuve tres años que era como vivir en el fondo del mar. No me interesaba nada, ni oír música. Lo que pasa es que tenía que trabajar muchísimo porque tenía muchas cosas que solucionar y eso me arregló. Pero yo no quería vivir. Yo realmente, que soy superpositiva y alegre, no quería vivir. Yo creo que no hice una tontería o no me suicidé por estética. Yo pensaba: a ver, cómo me suicido yo que quede bien, que no sea muy desagradable para el que me encuentre. Parece una frivolidad pero cuando alguna vez empecé a pensar esas tonterías, llamé al médico y le dije: ayúdame porque estoy ya tocando fondo", relató la autora de 'Los diez mandamientos de la mujer'.