Una infancia complicada
Durante su infancia y adolescencia, la actriz no solo tuvo que hacer frente a sus problemas, sino también a los de su madre, Pandora, quien padecía adicción a la heroína y bipolaridad. Eso la llevó a separarse de ella y mantener una relación muy distante. En su adolescencia, Delevingne también comenzó a autolesionarse y confiesa que, en sus peores momentos, incluso se planteó quitarse la vida. "Estuve con medicación y eso me salvó. No se trataba tanto de un desequilibrio químico, sino de una respuesta completa al trauma", explica.
La salud psicológica de Delevingne se deterioró tras su ruptura con Ashley Benson, en plena pandemia por coronavirus. Las actrices se separaron y la modelo entró en una espiral de autodestrucción que la hizo refugiarse en la fiesta y el abuso de sustancias. Las imágenes de septiembre supusieron el fin de esa etapa y el inicio de un nuevo capítulo en la vida de la modelo, que fue consciente de su situación: "No había visto a un terapeuta en tres años. Simplemente alejé a todos, lo que me hizo darme cuenta de lo mal que estaba", explica. La preocupación de su círculo más cercano le hizo tomar la decisión de buscar ayuda y comenzó un programa de rehabilitación y a acudir a terapia.
El tiempo que la modelo lleva en tratamiento le ha servido para estar mejor, aunque es consciente de que aún le queda un largo camino por recorrer para recuperarse por completo. Es un proceso largo e inestable y con altibajos frecuentes. Sin embargo, Delevingne piensa seguir cuidándose, acudiendo a terapia y sumando mucha meditación y yoga. A todo eso, la modelo suma sus planes de futuro, que cada vez tiene más presentes. En su entrevista, ha desvelado que planea ser madre, una ilusión que mantiene desde que era una adolescente y, por ello, tiene pensado congelar sus óvulos.