Todo se produjo cuando William Brockhaus, el exmanager del artista, interpuso una demanda al cantante hace dos años exigiéndole una indemnización de más de un millón de dólares al haber incumplido el contrato que tenían durante los años 2013 y 2015. El cantante habría sido notificado en varias ocasiones para que se personificase en los tribunales estadounidenses y así poder dar su versión de los hechos de los que era acusado.
Tan solo se trataría de un juicio pero ante los plantones del mexicano, la magistrada decidió darle un último aviso y mandarle una carta exigiéndole su personificación en los juzgados. Otra vez consecutiva, Luis Miguel hizo oídos sordos y decidió no presentarse en la citación judicial que tenía. Al ser tan difícil poder entablar un juicio con el intérprete, la jueza habría decidido avisar a los agentes de seguridad para que le detuviesen en cuanto pisara el suelo americano. Así ha sido, según apuntan diferentes medios nada más aterrizar en el aeropuerto de Los Angeles, los servicios policiales procedieron a la detención del cantante.
A la espera de una sentencia firme
La última hora de la situación que está viviendo Luis Miguel parece confirmar que el artista ha podido salir ya de las dependencias policiales. Después de ser detenido, El Sol de México abonó la fianza que le impusieron y se presentó ante la jueza Virginia A.Philips. Ofreció su declaración y a las pocas horas fue puesto en libertad. Según afirman los letrados encargados de este caso el interrogatorio del cantante es más que necesario para poder solventar los problemas con su antiguo representante.Todavía hay que esperar a ver si la jueza considera culpable al mexicano por los cargos que se le acusan.