Las pruebas recabadas en el caso Dani Alves cada vez contradicen más las versiones ofrecidas por el futbolista. El exjugador del F. C. Barcelona negó en un primer momento haber mantenido relaciones sexuales con la joven que le acusó de haberla agredido sexualmente en los baños de la zona VIP del Sutton, la discoteca de Barcelona en la que ocurrió todo. Según él, su intención era evitar que se conociera su infidelidad a su mujer, la modelo Joana Sanz. Después, cambió su versión, esta vez admitiendo el encuentro sexual, pero asegurando que fue consentido y que únicamente había consistido en una felación. Sin embargo, la corroboración de restos de semen en la vagina de la víctima, que se han confirmado gracias a las pruebas de ADN extraídas del propio jugador, desmiente una vez más su versión y lo pone aún más contra las cuerdas.
El argumento de la víctima, por su parte, ha sido desde un inicio de manera contundente, y las pruebas recabadas por los Mossos d'Esquadra cada vez lo ratifican más. La última de ellas se apoya en las cámaras de seguridad del local. Ya en un primer momento las grabaciones confirmaron parte de la declaración de la víctima, que aseguraba que había ido a la puerta de los baños segundos después de que lo hiciera el futbolista, que fue él quien la llamó y que ella pensaba que se trataba de un espacio para fumar. Ahora, esas mismas cámaras han mostrado cómo el jugador abandona el local, pasando por al lado de la víctima e ignorándola por completo. La joven, tras la supuesta agresión, se encuentra junto a una amiga y a un miembro de la seguridad de la discoteca, relatando lo sucedido y llorando desconsoladamente.
La jueza ha asegurado que ese comportamiento no se correspondería con el de una persona que ha mantenido relaciones sexuales consentidas, como aseguró el futbolista en su testimonio, tras modificarlo hasta en tres ocasiones. Una vez más, las pruebas ratifican la versión inicial de la víctima, en la que aseguraba que, tras abandonar los servicios, se acercó a su amiga y le pidió abandonar el local. Una vez cerca de la puerta de salida, un miembro de seguridad de la discoteca se acercó a ellas para ver qué estaba ocurriendo, y allí la víctima contó lo que había vivido en el baño, llorando desconsoladamente.
Se ratifica la versión de la víctima
Los vídeos de las cámaras muestran exactamente estas imágenes, que se suman a las que ya posee la acusación para defender el testimonio de la víctima. Dani Alves, por su parte, continúa en la prisión de Brians 2, en la que fue encarcelado por existir un alto riesgo de fuga. Su defensa ha presentado un recurso de apelación para conseguir la libertad provisional del futbolista, asegurando que no existe tal riesgo. En su lugar, el equipo legal del jugador ha ofrecido establecer medidas cautelares, como el retiro de sus dos pasaportes y llevar una pulsera telemática para estar localizado. A esta excarcelación se oponen categóricamente tanto la fiscal del caso como la acusación particular.
La vista ha tenido lugar el 16 de febrero de 2022, pero los magistrados no deben resolverlo inmediatamente, por lo que su decisión final de poner en libertad o no a Dani Alves no se conocerá hasta horas después de su celebración. Durante todo el proceso, el futbolista está contado con el apoyo de su círculo más cercano, que defienden su inocencia. Su exmujer, Dinorah Santana, ha ofrecido una entrevista para asegurar que tanto ella como sus hijos apoyan al exjugador y que creen firmemente en su inocencia: "Pondría el cuerpo entero por él", aseguró a los medios.