Como ya ha hecho en otra ocasión, Bradley Cooper se ha sincerado públicamente sobre un episodio oscuro de su vida: su adicción a las drogas. Lo ha hecho en una intervención en el último programa de supervivencia de Bear Grylls, conocido como 'El último superviviente'. El actor ha explicado cómo sucumbió al alcohol y a las drogas cuando en 2003 fue despedido fulminantemente de 'Alias', serie que le lanzó a la fama junto a Jennifer Garner, y cuando sufrió una rotura en el tendón de Aquiles.
"Tenía una actitud nihilista hacia la vida, como si pensara que me iba a morir. No fue hasta un tiempo después que pensé que tenía que aceptar quién era en realidad y tratar de encontrar la paz con eso, y entonces todo se estabilizó", ha comenzado explicando para después reconocer que sentía muchas inseguridades por aquel entonces: " Siempre me sentí un extraño. Estaba en mi cabeza. Me di cuenta de que no iba a estar a la altura de mi potencial y eso me asustó muchísimo. Pensé: 'Vaya, realmente voy a arruinar mi vida'".
Sin embargo, hubo un momento en que Bradley Cooper comenzó a replantearse el estilo de vida que llevaba y decidió dejar a un lado todas sus adicciones. "Sentí que había dado un gran paso adelante cuando aparecí en un anuncio de ordenadores Dell", ha comenzado explicando para terminar afirmado: "Tuve suerte. Dejé de consumir a los 29 años. Llevo sobrio 19 años. Tuve mucha suerte".
La persona que le ayudó en esta etapa
Por último, Bradley Cooper ha confesado que la persona que le ayudó a superar esta difícil etapa de su vida fue su amigo y compañero de profesión Will Arnett, que llegó a decirle durante una cena que se había comportado como "un verdadero idiota". "Fue la primera vez que me di cuenta de que tenía un problema con las drogas y el alcohol. Me está diciendo la verdad y eso cambió mi vida", ha confesado.
El actor ha reconocido que en un momento dado se dio cuenta de que la visión que él tenía de las cosas era muy distinta a la que tenía la gente a la que apreciaba y que eso le hizo replanteárselo todo. Tras abrir los ojos, el actor reconoció que "estaba muy perdido y era adicto a la cocaína": "Will se arriesgó a tener esa dura conversación conmigo en julio de 2004. Realmente fue Will Arnett. Él es la razón", ha confesado.