Hace algunos días ya se dejó ver en las gradas de algún partido de Wimbledon, pero no podía faltar a su cita con la gran final. Kate Middleton y su marido el Príncipe Guillermo de Inglaterra tomaron posiciones para no perderse ni un solo punto del encuentro que enfrentó a Andy Murray y Milos Raonic.
Los tenistas se enfrentaron en un partido que se decantó, por 6-4, 7-6 y 7-6, del lado del escocés, que se deshizo de Raonic en 2 horas y 48 minutos. Un partido largo que vivieron con intensidad muchas caras conocidas que se dejaron ver por las gradas.
Entre ellas, además de los citados Duques de Cambridge, estaba otra pareja que acaparó muchas miradas: Irina Shayk y Bradley Cooper, que también se habían dejado ver por allí en días previos.
La pareja ocupó su correspondiente asiento, el actor saludó a otros compañeros de profesión como Benedict Cumberbatch -que estaba junto a su mujer Sophie Hunter- o Hugh Grant y se prepararon para ver un espectáculo que se les había tornado ciertamente agridulce.
La encrucijada de Bradley Cooper en la final de Wimbledon
Y es que por allí, ocupando otro de los asientos, estaba Suki Waterhouse. La modelo se mostró de lo más relajada y feliz a pesar de que haberse tenido que encontrar con su ex y con la nueva novia de este.
Recordemos que, tras dos años de romance, Bradley Cooper decidió poner punto final a su romance con Suki Waterhouse dicen las malas lenguas porque no le apoyaba todo lo que él consideraba que debía apoyarle. Ni un mes después salieron las primeras fotos del actor muy acarameladito con Irina Shayk...